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Pertenezco a una cultura machista en la que la mujer espera que el marido sostenga el hogar; cuando se produce el desempleo, la actitud de ésta se torna exigente y crítica.
Esta situación se complica cuando el entorno familiar de la mujer pasa por momentos críticos debidos a una severa e irreversible enfermedad del padre, hecho que los angustia.
En este escenario, la vida conyugal practicamente desaparece: las respuestas como "Estoy cansada", "me duele la cabeza" o simplemente dormir se hacen fracuentes e impiden la vida sexual.
Si a esto añadimos una educación represiva y de rígida formación religiosa, veremos cómo se complican las cosas para aliviar la falta de relaciones maritales o su compensación.