Reforma inmigratoria necesaria en los Estados Unidos

"Hay cerca de 11 millones de inmigrantes latinos indocumentados viviendo en el país"
Reforma Inmigratoria

Reforma Inmigratoria

El tema ya no puede seguir siendo postergado. La única forma en la que Estados Unidos podrá encontrar una solución a largo plazo al problema de los indocumentados es mediante una reforma integral de las leyes de inmigración.

Si algo debería ya haber quedado claro, tras más de una década de esfuerzos infructuosos, es que la fuerza no es la vía adecuada en este caso. Está demostrado que incrementar cada vez más la seguridad con medidas desesperadas no conduce a los resultados esperados.

Las medidas han abarcado desde triplicar el número de agentes y elevar sucesivamente el presupuesto, hasta endurecer las estrategias de vigilancia y fortificar los puntos de entrada a las principales ciudades. Al final, el efecto más visible del reforzamiento riguroso de la frontera termina siendo el crecimiento del negocio de los “coyotes” (quienes asisten a los indocumentados en el cruce hacia el norte) y los falsificadores de documentos.

Hay cerca de 11 millones de inmigrantes latinos indocumentados viviendo en el país. ¿Cuántos más tienen que llegar para que el gobierno decida por fin abordar el problema a través de un enfoque amplio, realista e inteligente? ¿Cuántas nuevas muertes trágicas en el desierto serán necesarias para una transformación absoluta del sistema?

  • Para comenzar, es necesario ocuparse de quienes ya están instalados en los Estados Unidos. Un buen punto de partida sería considerar que quienes tienen parientes con estatus de residente legal o ciudadano americano, están ocupando un puesto de trabajo no deseado por los americanos y no representan una amenaza a la seguridad nacional. Los inmigrantes que trabajan arduamente, pagan impuestos y aprenden inglés, deberían ser asistidos en un proceso extraordinario, destinado a regularizar su situación, otorgándoles permisos de residencia y de trabajo.
  • En cuanto a los futuros inmigrantes, se requiere también un giro sustancial. La actual ley de inmigración tan solo autoriza la emisión de 5.000 visas de residencia permanente al año y 66.000 visas temporales para mano de obra no especializada. La demanda real, sin embargo, llega a 500.000 mil trabajadores por año. Es necesario, entonces, establecer las bases para un programa firme, justo y sostenible de visas temporales, el cual posibilite el flujo legal y ordenado de trabajadores. Si se diseña de forma cuidadosa y realista, dicho programa podría disminuir significativamente las cifras de inmigración ilegal, mediante la creación de una vía legal factible para que la mano de obra ingrese en los Estados Unidos en condiciones favorables para ambas partes.
  • El tercer punto, esencial de una posible reforma de la ley de inmigración, refiere a la reunión de familiares. Durante más de una década se han venido acumulando las solicitudes de visas para familiares de residentes legales y es precisamente la ineficacia del sistema la que impulsa a muchos a optar por la vía ilegal, en un intento desesperado por reunirse con sus seres queridos. Dicho flujo requiere ser agilizado a la brevedad posible.

Ya basta de soluciones fáciles y rápidas que en el largo plazo resultan contraproducentes. Si se quiere solucionar de una vez por todas el problema de la inmigración ilegal se hace necesaria, hoy más que nunca, una transformación radical.