El arte de seducir a una mujer

Descubre lo que las mujeres quieren. Consejos de mujer a hombre.

Seducir a una mujer
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No hay duda de que los hombres pueden ser muy seductores y galantes, incluso algunos han descubierto la manera de enamorar a una mujer. Sin embargo, siempre habrá algún secreto o truquillo que te pierdes, por no saber realmente como siente una mujer.

¿Recuerdas la película What Women Want? No fue un gran éxito del cine. Sin embargo, pintó una situación muy esclarecedora: recién cuando el personaje masculino (Mel Gibson) del film, pudo mágicamente escuchar lo que las mujeres pensaban, las entendió y aprendió a relacionarse mejor con ellas.

No existe una fórmula infalible para gustar a alguien, pero hay ideas que pueden resultar muy útiles a la hora de conocer a alguien. Aquí van algunos secretos femeninos, de mujer a hombre.

¿Cómo acercarse a una mujer?

Tienes que estar preparado para acercarte a una mujer, debes sentirte tranquilo y seguro.
Ya sea que estés en un bar o una disco, todo comienza con una mirada sutil, una sonrisa. Ten cuidado de que tus ojos no salten a lugares incorrectos, a ninguna mujer le gusta sentir que le hacen una radiografía del cuerpo entero. Ya sabes que las curvas están ahí, no hace falta demostrar tanto interés en ellas, ya habrá tiempo para eso.

Luego puedes acercarte a ella y comenzar a hablar naturalmente. Presta atención a sus gestos, ellos son la perfecta señal de si una mujer la está pasando bien o mal. Cuenta de ti lo que te pregunte, no exageres tu curriculum, a nadie le impresiona eso. Habla despacio y mirando a sus ojos, escúchala con atención, sonríe, interésate en lo que expresa, hazla sentir contenida, ríete de ti mismo, utiliza el humor como herramienta.

Invítala a bailar, las mujeres adoran bailar y los hombres lo hacen poco, no hace falta que seas un experto, sólo llévala por la pista con algo de gracia y seguridad, diviértete.
Si todo fue bien, lo sabrás y habrá oportunidad de pedirle su teléfono para verse otra vez.

Ella estará esperando que llames

Cuando una mujer te da su teléfono, no dudes de que estará esperando que la llames. Te interese o no volver a verla, llámala para disculparte o para invitarla a salir nuevamente, pero da la cara, total, no hay compromisos.

En caso de que la chica te guste, espera un tiempo prudencial, realiza el llamado y en base a la información que tengas de ella, ten en mente algún plan interesante que proponerle. Así será todo más fácil, en lugar de estar discutiendo que pueden hacer.

Encuentro

Teniendo en cuenta los anteriores consejos y con un buen plan a mano, sólo debes dejar que las cosas fluyan. La idea del encuentro es conocerse, así es que trata de ser honesto en lo que dices, no finjas, porque tarde o temprano se nota. Muéstrale otro costado de ti, las cosas que te apasionan, lo que te gustaría hacer, etc. A las mujeres les encanta hablar, entonces conversa, sé animado en las charlas, abre un poco tu corazón, demuestra algo de tus sentimientos. Hazla sentir que estas ahí, que la escuchas, que te interesa. No te vayas al extremo de parecer la Madre Teresa, pero tampoco seas un Homero Simpson.

Relación

En caso de que la chica realmente te gustó y los encuentros prosperaron, ya pasamos a otro terreno. Estas en pareja con la mujer que deseabas, pues ahora debes mantener su interés puesto en ti. A las mujeres les gustan los hombres: Divertidos, ingeniosos, simpáticos, cariñosos y aventureros. No te vuelvas todo lo contrario a lo que eras cuando te conoció, mantiene la relación encendida. Lo que nunca debes hacerle a una mujer:

  • No olvides su cumpleaños ni aniversarios
  • No falles a un encuentro
  • No le cortes el teléfono y contesta sus mensajes
  • No le digas que está fea o gorda
  • No hables mal de sus amigas o familia

Eterno Dilema

Es una larga discusión que parece venir viajando desde hace miles de años, la de si los hombres son complicados o es que lo son las mujeres. Haciendo a un lado el machismo y el feminismo, cualquiera puede ser complicado y más allá de esto, en ocasiones, no nos entendemos porque somos distintos. Quizás el problema radica en que no aprendemos a comunicarnos, a encontrar las palabras justas para explicar lo que nos pasa, a escuchar sin poner el ego y la autoestima en el medio.

Justamente por ser tan distintos, es que hombres y mujeres, deseamos estar juntos; si nos gustamos, nos queremos, nos necesitamos y nos hacemos bien, entonces vale luchar por eso, hasta el día en que tal vez, si nos hacemos daño, no valga más la pena.