Aprender de los errores del pasado

Fracaso amoroso
Fracaso amoroso

Uno de los factores que hace de las personas seres privilegiados es su capacidad para aprender de los errores que han cometido en el pasado, y ello no está exento del mundo de la seducción para el hombre, pues por muy buen conquistador que éste sea hay siempre muchas cosas que aprender.

No todas las técnicas sirven para todos los hombres, por lo que de inmediato reconocemos en la empresa de “conquistar una mujer” un porcentaje de fracaso importante, pero ¿Qué sacamos en limpio luego de vivirlo? Si nos golpeamos con una lámpara al levantarnos de una silla, seguramente la próxima vez que nos levantemos, a medio y camino y casi a centésimas de segundos ladearemos la cabeza ¿Por qué? Simplemente porque aprendimos del golpe que nos dimos, y en el amor esto funciona exactamente igual.

Con el afán de exhibir alguno de los errores más comunes en los “conquistadores” de señoritas, y evitar tropiezos, es que comentaremos dos claros ejemplos de “falta de aprendizaje frente al fracaso.

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No abusar de una misma técnica

Lo peor que le puede pasar a un hombre seductor es confiarse de sus encantos y abusar de una misma técnica que, generalmente, le da buenos frutos. Muchas veces ha pasado que hombres atractivos, carismáticos, seguros y que tienen la cuota justa de arrogancia fracasan con la mujer que menos lo imaginaron ¿Por qué? Aunque aparentemente esta persona lo tenía todo a la hora de conquistar a esa chica, lo que falló no fue su cantidad de atributos, sino su incapacidad de adaptarse a la situación y dejar fluir las cosas.

La falta de creatividad e inventiva en un hombre resulta “fatal” cuando se intenta conquistar a una mujer estando en un local, por ejemplo, pues las señoritas saben que un hombre atractivo y simpático puede ganarse rápidamente una reputación favorable llevándola a la cama, por lo que inmediatamente se protegen ante ello ¿Solución? No lo busques directamente y llegará antes de lo que crees.

2

Ser muy directo e ir demasiado rápido

Cuando ya se ha conquistado a una cantidad interesante de señoritas en la vida, pocas veces se comete el error de intentar técnicas que no se acomodan al perfil de cada una de ellas, sin embargo, cuando esto ocurre pasa por un problema de exceso de confianza al ser demasiado directo e ir demasiado rápido.

Cuando cosas como estas pasan, ellas suelen simplemente decir algo como “lo lamento, es demasiado rápido” y desaparecen sin dejar rastro. Si esto ocurre no intentemos cambiar la técnica, simplemente hay que dejarla ir y reflexionar sobre qué hicimos mal. Recuerden, si se trata de la mujer indicada (por llamarlo de alguna manera) no intenten técnicas, sólo sean ustedes mismos.