Las zonas más erógenas del cuerpo femenino

El ombligo, los muslos, los pies, son zonas de placer no tan conocidas.

Zonas erogenas femeninas
Los labios

Sabido es que hay determinadas zonas del cuerpo que son más erógenas que otras y que al ser estimuladas el placer es mucho mayor. Pero estas partes no siempre son tan fáciles de localizar y hay que conocer los rincones más recónditos del cuerpo femenino para encontrarlas y dar el máximo de placer.

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Los labios

Tienen muchísimos vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas, además su piel es muy fina y se conectan directamente con el corazón. Por todo ello, son extremadamente sensibles y una zona de gran placer. Los besos previos al sexo son sumamente importantes, es bueno probar distintas formas de besar y de jugar con los labios y la boca de la pareja, para prepara el terreno para lo que viene después.

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Los pezones

En ellos confluyen muchísimas terminaciones nerviosas y vasos sanguíneos que los vuelven extremadamente sensibles.

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La nuca

En la nuca confluyen distintos tipos de tejido, por lo cual según el Dr. Cameron Clokie, del Hospital Sinai, de Canadá, masajear esa parte puede aumentar la producción de oxitocina, un neurotransmisor que se vincula con el placer y el bienestar.

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El ombligo

En esta zona hay algunas terminaciones nerviosas que están conectadas con los genitales, por lo cual su estimulación puede servir para excitar el área genital y prepararla para el sexo.

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El coxis

En esta zona del cuerpo convergen muchos de los nervios de los genitales, por lo cual estimularla facilita el orgasmo al sensibilizar los genitales previo al sexo.

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Muslos posteriors

Un masaje con algún aceite aromático en esta zona, desde la rodilla hasta los glúteos, puede resultar muy agradable para la mujer.

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Pies

En los pies se concentran varios nervios asociados con los de los genitales. Es por ello que durante el orgasmo se enojen los dedos. Estimularlos puede resultar muy agradable en la previa. La Dra. Yvonne Fulbright, de la Universidad de Nueva York explica:

(…) lo mejor es darles un masaje presionando las plantas y los dedos con los pulgares: de este modo evitarás las cosquillas, que ahuyentan el placer. Es útil echar mano de algún aceite para facilitar el masaje y estimular el olfato también.

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Clítoris

Una vez que ya se hizo todo el recorrido previo por el cuerpo femenino, el hombre puede centrarse en el clítoris, esta zona es sumamente sensible y su estimulación produce un placer integral, ya que está asociado con los músculos vaginales y del útero.

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El punto G

Es una zona bastante desconocida tanto por los hombres como por las mismas mujeres. Se localiza a unos 15 milímetros adentro de la vagina y se conecta con el nervio pélvico.