El cerebro ya puede mover objetos virtuales y sentir texturas

Nuevas investigaciones tecnológicas han demostrado que el cerebro ya es capaz de mover objetos virtuales y sentir texturas sin moverse o tocar dichos objetos.

Mover cosas con el cerebro
Mover cosas con el cerebro

Una tecnología en la que se está trabajando podría permitir que personas cuadripléjicas puedan aprovechar el cerebro para mover objetos virtuales. El estudio que se ha llevado a cabo con monos, ha permitido que muevan manos virtuales de un avatar (como ocurre en la película) y con ello identifiquen texturas de objetos que no existen en la realidad.

El Dr. Miguel Nicolellis, profesor de neurobiología del Centro de Neuroimágenes Duke, ha dicho que en algún momento esta tecnología permitirá que pacientes cuadripléjicos puedan mover brazos, piernas y hasta caminar mediante un exoesqueleto robótico, el que sería controlado con el cerebro al más puro estilo “Avatar” (película de James Cameron). Lo increíble de este trabajo es que sería incluso posible sentir la textura de las cosas y las sutilezas del terreno mediante la configuración de un aparato que envíe las señales adecuadas al cerebro.

La prueba específica a la que fueron enseñados los monos permitió dos cosas, la primera de ellas fue el mover manos de un avatar para alcanzar objetivos puntuales, y la segunda el sentir la textura de objetos inexistentes. Durante estas pruebas se expuso a los monos a objetos visualmente iguales, pero donde las texturas hacían la diferencia y en ningún momento los animales utilizaron sus manos o alguna otra parte de su cuerpo que no fuera su cerebro.

En el comunicado de prensa que entrego Nicolellis se dijo era la primera vez que se utiliza la interfaz cerebro-máquina de forma bidireccional por medio de un vínculo directo, donde el animal – en este caso – está conectado a una máquina e interactúa sin tener que usar ninguna de sus extremidades, sino sólo el cerebro. Por otra parte se destaca el hecho de que la mano virtual utilizada era capaz de retransmitir información útil que le hacía “sentir” la textura a la que estaba expuesto sin que éste siquiera se moviera o fuera tocado por el objeto en cuestión.

El feedback que se consiguió con el animal, al tocar y sentir las texturas, se logró gracias a microestimulación eléctrica directa en una región de su corteza cerebral, señalaron los expertos.

El estudio aparece en la publicación de la revista Nature del 5 de octubre del presente 2011.