¿Para qué sirve y cuál es la forma correcta de hacer ayuno?

Como hacer ayuno

El ayuno no es un método de adelgazamiento, puesto que la pérdida de calorías se suele recuperar al cabo de los días, salvo en los casos en los que viene acompañada por un cambio en los hábitos alimentarios, y siempre bajo prescripción médica para adaptarla a las necesidades energéticas de cada cual.

Ayunar de vez en cuando nos permite sentirnos más ligeros, y resulta ser una buena terapia natural para la depuración corporal.

Desde el punto de vista psicológico, la abstinencia tiene muchos beneficios. Por una parte nos permite distinguir entre el hambre, el apetito, y las ganas compulsivas de comer. Si somos rigurosos, podemos afirmar que el cuerpo humano contiene las reservas suficientes para que la sensación psicológica del hambre no aparezca hasta después de treinta o cuarenta días de abstinencia.

Por otro lado, la abstinencia es una buena forma de caer en la cuenta de la dependencia que solemos tener con relación a la comida. A veces es mayor el miedo a la ausencia de alimento, que el hambre real que se puede sufrir. Tras un período largo en la regulación de la alimentación se puede pasar del estado de “engullidor” al de “gourmet” refinado.

Lo más complicado para una persona que ayuna es el desprendimiento de los sentidos. Dejar de comer es, sobretodo, una privación de los placeres de la mesa, de los olores, de los sabores, etc. Sin embargo, esta determinación ofrece una recompensa mayor por la que merece la pena apostar: el espíritu es más lúcido, y el cuerpo parece rejuvenecer.

La eliminación de toxinas

La eliminación de toxinas ocasionadas por una alimentación rica, o muy abundante, o de mala calidad, implica la acumulación de stress. Puesto que la asimilación se reduce a casi cero durante el período que dure el ayuno, la función de eliminación puede desempeñar su objetivo principal, haciendo que el sistema inmunitario sea más eficaz. Si la eliminación de toxinas es regular, las personas que ayunan pueden vivir más tiempo.

Esta limpieza interior, a largo plazo, es una gran ayuda para las personas que tienden a la depresión. El ayuno es una herramienta muy útil para facilitar la autocuración y la autogeneración.

Cualquier adulto, hasta en una edad avanzada, puede ayunar con normalidad. Seguramente, lo más duro es tomar la decisión de hacerlo. Lo mejor es ayunar con otras personas que se encuentren en la misma tesitura.

¿Qué se debe hacer antes de comenzar el ayuno?

  • Por ayuno entendemos la privación de bebida y comida, pero esto es algo que sólo los iniciados pueden realizar
  • Existe el ayuno hídrico (sólo agua), y el ayuno Buchinger (agua con zumo de frutas, tisanas, y caldos de verduras o de carne y pescado). En este caso hablamos de una ingesta de 0 a 250 calorías por día, es decir, diez veces menos que en una alimentación ordinaria
  • Duración del ayuno: Entre 3 y 30 días, según las necesidades. En todo caso, una semana es un buen plazo para comenzar
  • ¿Dónde hacerlo? En las principales ciudadeds existen centros especializados que ofrecen un tratamiento individualizado. Al mismo tiempo, es necesario ofrecerle al cuerpo un tiempo de descanso, y también un poco de ejercicio
  • Los días más duros son los dos o tres primeros. No sólo hay que habituarse a la idea de no comer, sino que el cuerpo deber, a partir del tercer día, comenzar a consumir sus propias reservas. Por eso, la última comida se digiere completamente
  • Cuando el cuerpo se libera de sus toxinas, pueden aparecer los dolores de cabeza, malestar general, o insomnio. Algunas personas sufren una pequeña crisis de angustia, porque a veces se produce una limpieza emocional, al mismo tiempo. De forma puntual, el ayuno puede producir agotamiento
  • Algunas veces, durante el día, mientras estamos en plena terapia, se puede sufrir una hipoglucemia, pero se quita enseguida con una cucharada de miel y algo de descanso
  • Tras el ayuno, conviene volver a la ingesta normal de alimentos de forma progresiva.