La interpretación de los sueños

Al bajar la barrera de la censura y aflorar el inconsciente, soñamos cosas incoherentes o de connotación sexual que nunca se haría estando consciente.

Interpretacion de los sueños
Interpretación de los Sueños - La importancia de saber entenderlos

Generalmente los sueños suelen no ser lo que aparentan y por eso necesitan de una interpretación, aunque aveces sean sólo restos diurnos que quedan dando vueltas. Generalmente cuando se está pensando en algo preocupante antes de dormir, es muy posible que de pie a uns sueño relacionado con lo mismo, sin importar el afecto que tenga el contenido, el que puede ser lindo o feo.

Muy a menudo soñamos cosas incoherentes, que en nuestra vida cotidiana jamás haríamos o con temas relacionados con la parte sexual, ello se debe a que al dormirnos baja la barrera de la censura y allí todo está permitido, todo es posible y vivenciado como real. Esta barrera de la represión inconciente se libera y por ende nos sucede que soñamos cosas que no haríamos en estado de vigilia.

Los sueños se rigen por el inconsciente, razón por lo que no es necesario tengan lógica alguna, tiempo o espacio. Son posibles porque mientras dormimos las barreras represoras disminuyen (no desaparecen, pero dejan paso a la asociación) y permiten que aflore el inconsciente a través de los sueños. Cuando nos despertamos y queremos rearmarlos o contarlos, ya tenemos la represión trabajando exhaustivamente de nuevo, entonces, lo que hacemos es "ordenar" ese caos en un relato. Le damos un orden en tiempo, lugares y asociamos con cosas que conocemos o sabemos.

Es imposible desde el lenguaje transcribir el inconsciente, por eso los sueños son en realidad una construcción, un relato de lo que de verdad soñamos, de ahí nace la importancia de la interpretación utilizando la asociación libre, que apela al inconsciente, para que más o menos nos de indicios de su significado. Muchas veces aquellas cosas que asociamos, nada tiene que ver con el sueño, pues soñar forma parte de aquello que viene del inconsciente y que la represión dejó pasar, pero con otra forma. Lo más parecido al sueño en nuestra vigilia es el acto fallido: queremos hacer o decir una cosa, pero nos sale otra; es el inconsciente que afloró. También son similares a los mecanismos que usan los delirios.

Siempre soñamos, sólo que a veces la represión es tan fuerte que no permite siquiera que nos acordemos qué soñamos. En el caso de los niños, los sueños son más simples, pues se relacionan más a cumplimientos de deseos conscientes, más simples, como lo sería el soñar con un "trencito" de regalo, que es precisamente aquello que anhela el niño estando despierto.

De los estímulos perceptivos nada se conserva, adolecen de memoria

La percepción pone en movimiento el aparato, facilita la huella, pero no tiene memoria (se excluye memoria y conciencia entre sí).

La formación del sueño se encuentra en el sistema inconsciente, punto de partida del sueño.

Al estar despiertos la regresión no va más allá de la imagen mnémica (propio de la memoria), por esto no puede producir la animación alucinatoria de las imágenes perceptivas. En el sueño las representaciones (ideas y pensamientos) son transferidas íntegramente de uno a otra y posibilita que el sistema de las percepciones se revista de plena vivencia sensorial en la dirección inversa, partiendo de los pensamientos.

En el aspecto sexual, al no existir represión, puede ser vivenciado en ambos sexos como real, las consecuencias tal vez queden en el cuerpo al despertar: eyaculación, sudor, etc. Hay un desplazamiento del acento que es uno de los principales recursos de la desfiguración onírica y le da al sueño aspecto de ajeno.

La condensación hace que el sueño parezca pobre, escueto, no tiene la riqueza de los pensamientos oníricos, se ve reflejado al comparar el contenido manifiesto del contenido latente. Por todo esto el sueño nunca es una traducción fiel, sino un reflejo incompleto y lagunoso. El elemento onírico siempre es algo no genuino, un sustituto de otra cosa, algo desconocido para el soñante.

Es común en algunas personas estar en un determinado lugar y creer que ya se estuvo ahí antes, por ejemplo: ir de visita a una casa desconocida y creer que ya se ha estado allí en otro momento. Tiene que ver con las paramnesias, que son ilusiones de recuerdo. Son falsos recuerdos, se llama a esto Cripnesias y están ahí los fenómenos "Deja-vu", eso que nos resulta familiar o ya experimentado por medio de la confrontación de un suceso actual y uno previo, lo que por lo general toma sensación de recuerdo de algo vivido o soñado, pero son falsos reconocimientos.

strong">Éstos fenómenos son parte de una ilusión de la memoria, difusión entre la memoria de largo y corto plazo, difusión entre ambas esferas del cerebro (izquierdo y derecho), difusión de la percepción, aunque no está totalmente probado.

El sueño es una de las fuentes principales del material simbólico. Desde largas generaciones se les ha prestado singular consideración, distinguiéndose entre sueños ordinarios y extraordinarios (por la persona soñante, el valor de las imágenes oníricas y por las circunstancias del sueño). Se creyó en la existencia de sueños premonitorios, en una verdadera animación por medio del sueño, sea de hechos generales y lejanos, como de hechos concretos e inmediatos. La atracción por los sueños ha llevado a codificar repertorios de significados, en “diccionarios de los sueños” de escaso o nulo valor místico y científico, aunque pueden contener datos verdaderos por tradición o información.

Agradecemos especialmente la colaboración de las Psicólogas Sandra Arias y Sandra Kanovich.