La superstición y los supersticiosos

Las supersticiones son parte de la vida de las personas, sin embargo la preponderancia que tiene en algunas personas es preocupante

Numero 13
Cortesia de gruntzooki

La superstición forma parte de la idea que tienen las personas de poder modificar el futuro propio o ajeno. Generalmente las supersticiones se fundamentan en lo irracional y pueden basarse en costumbres populares relacionada con lo mágico. El supersticioso entiende que rezar, ejecutar hechizos, maldiciones u otro tipo de rituales pueden influir en su vida futura o en la del resto.

Dentro de este concepto es importante diferenciar las supersticiones determinadas y las pseudociencias. Las segundas están definidas dentro de un ámbito específico de creencias, mientras que las supersticiones pueden ser practicadas por diferentes personas de cualquier etnia y lugar, las que no específicamente deben creer en pseudociencias.

Desde la psicología psicoanalítica señala a los rituales como aspectos obsesivos de la personalidad, los que en la medida que se vuelven más rígidos, sistemáticos y repetitivos devienen según el grado, en parte de una patología mental. Patologías mentales como la neurosis obsesiva, hacen recurrente el encontrar personas que siguen rituales que llegan al grado de condicionar a la persona en su vida misma, pasando así a convertirse en patologías. El ritual poco a poco pasa a convertirse en un delirio.

Algunas de las denominadas pseudociencias son

  • La astrología
  • La adivinación
  • El curanderismo
  • El espiritismo
  • La magia
  • El feng-shui
  • El tarot
  • La quiromancia

Casi todas las religiones poseen rituales o ceremonias que conectan a los sujetos con fuerzas superiores. Una persona que sea ajena a esa religión seguramente considerará que esas prácticas son supersticiones, porque no están dentro de su sistema de creencias.

La diferencia entre la superstición y la fe que se tiene por una religión en particular estriba en la manera de entender la realidad; una religión responde a todo un sistema de creencias organizado que defiende la idea de un ser superior o de una causalidad trascendental que actúa en los hombres y en lo natural como un todo. En las supersticiones las fuerzas son arbitrarias y separadas unas de otras. Por otro lado, la religión asiduamente responde a un código moral mientras que en las supersticiones se condicionan el accionar del sujeto -según la suerte o la desgracia que sobrevenga por su actuación.

La superstición parte de la base de la efectividad del ritual. Su finalidad es permanecer siempre atento ante las situaciones cotidianas, para así evitar la desdicha u obtener la buenaventura de mejorar el destino que se tiene.

Si uno comienza a indagar sobre el tema descubre que hay supersticiones relacionadas con diferentes espacios de la vida, las que traerán aspectos positivos a la existencia del sujeto o aspectos negativos, desde el punto de vista del que cree.

Algunas creencias o supersticiones con carga negativa más conocidas:

  • El Gato negro que cruza frente a un individuo traerá desgracia al pobre sujeto.
  • Romper un espejo suscitará desdicha en el futuro por un tiempo determinado.
  • Caminar por debajo de una escalera afirmada en un muro.
  • Verter sal. Se cree que esta creencia viene de la Antigüedad, ya que esta sustancia era signo de riqueza. Era común pagar algún servicio con sal.
  • Derramar aceite.
  • Oír o decir el nombre de un sujeto que transmita “mala suerte”.
  • Pisar primero con el pie izquierdo al levantarse del lecho.
  • Casarse o viajar un martes 13. En los países anglos tienen esta superstición, pero con el viernes 13.
  • Desplegar un paraguas dentro de una vivienda.
  • Tropezarse con un tuerto al salir por la mañana.
  • Que el novio antes de la boda vea a la novia con su vestido.

Algunas supersticiones con cargas positivas o de buena suerte

  • Una herradura colgada en algún lugar específico atrae la buena suerte.
  • El número 7.
  • Algunos amuletos, como una patas de conejos, estampas de santos u otro objeto que sean considerados de buena suerte.
  • Contar con la bendición de los padres de los dos cónyuges al casarse.
  • Pisar heces que estén en el suelo.