Publicidad en línea versus la privacidad individual

Los anunciantes se aprovechan de la tecnología y se debaten en una delgada línea entre la invasión de privacidad y la licitud del seguimiento de patrones con las famosas \"cookies\".

Internet Explorer 8 - Navegación InPrivate

En el 2008, mientras Microsoft estaba diseñando Explorer 8, pensó en implementar un programa que fuera capaz de proporcionar total privacidad a los usuarios en su navegación, evitando así que fueran rastreados por programas publicitarios, entre otros. El problema se tradujo de inmediato en un conflicto de intereses, pues si bien es cierto que la idea era entregar un navegador eficiente a la audiencia, el gran problema era privar a los anunciantes de los preciados clics (disminuirlos al menos).

La venta de anuncios es un muy buen negocio para Microsoft, por ello decidió implementar una aplicación que, a petición del usuario, permite una navegación completamente protegida. Se entregó la herramienta, pero se aprovechó de la ignorancia de la audiencia. El problema de esta práctica es obvio, pues los componentes de seguimiento y rastreo que se instalan por los anunciantes son impresionantes, según el estudio que realizó The Wall Street Journal.

Algunas de las empresas que más se ven favorecidas por este tipo de prácticas son Microsoft, Adobe Systems Inc., Apple Inc., y Google Inc. Son estas las compañías que más se benefician de la recolección de datos con esta fórmula. Hay que recordar que la empresa aQuantive fue comprada en Microsoft el 2007 por un total de $6,000 millones. Google comenzó a aprender de los grandes y rápidamente salió a la luz como una empresa impresionante, creando distintas herramientas y hasta un navegador llamado Chrome, que ofrecía dentro de sus particularidades el hecho de proporcionar más atención a los hábitos de los usuarios. Apple ha hecho lo propio con sus dispositivos y creó Apple iAds para exhibir publicidad en sus periféricos iPhone y iPad.

La supervisión de almacenamiento de las famosas cookies es fundamental, y hasta la fecha el único navegador que viene configurado por defecto para evitar aceptar cookies de terceros es Safari. Entre la pugna existente en el mercado por ofrecer el mejor de los navegadores, Explorer tenía que lidiar con Firefox, quien poco a poco iba consiguiendo una mayor cuota de mercado y se llegó a pensar que la diferencia podría ser marcada con el resto de acuerdo a la configuración de privacidad del navegador, pero no era así.

Antes de que fuera lanzado al mercado el Internet Explorer de Microsoft en el año 2009, se hizo una reunión de cuatro horas en la empresa creada por Bill Gates, donde se planteó el miedo a que los anuncios fueran bloqueados o no se pudieran conseguir los datos de las personas para presentar ofertas más interesantes de acuerdo a ciertas de las características especiales de cada uno.

El problema no está en la decisión de los corporativos de uno de los navegadores más importantes del mundo, tampoco en los filtros que se incluyen, sino en los tipos de prácticas que se están comenzando a hacer habituales para recolectar la información de los usuarios y presentar publicidad más efectiva u ofertas más interesantes. La privacidad personal es un tema delicado, aunque la creación de bases de datos especiales puede saltarse las protecciones legales cuando no se “invade” a las personas, pero se utilizan los datos que Internet proporciona, como la ubicación física y otros.