Las mentiras cinematográficas de Hollywood

¿Los vikingos usaban gorros con cuernos? ¿Napoleón fue de pequeña estatura? Son algunos de los mitos y mentiras que Hollywood nos ha hecho creer como ciertas.

Filme "Vicky el vikingo y el martillo de Thor"
Filme "Vicky el vikingo y el martillo de Thor"

El séptimo arte es perfecto para revivir partes de la historia que ya han pasado y así traer a la actualidad períodos que de otra manera, sólo podrían ser rememorados a través de pinturas o libros. El cine permite que se recreen otras épocas y parezcan más que reales. Así se hizo con las películas de John Wayne del lejano oeste y con otras más recientes como Gladiator. Pero lo que se esconde detrás de estas superproducciones, además de efectos especiales, maquillaje, trucos cinematográficos y mucho trabajo, son algunas mentiras sobre la historia, que Hollywood nos ha hecho creer, y que en realidad no son más que meras interpretaciones taquilleras.

1 El gatillo fácil del lejano oeste

En las películas de cowboys del lejano oeste, los tiroteos son una característica y, en general, son numerosos en este tipo de filmes. Lo cierto es que en realidad los asuntos pendientes o rencillas, aún en los pueblos más rudos, no se resolvían con tal cantidad de disparos. Pero el hecho de exagerar los tiros y tiroteos no es sólo una costumbre del cine, sino que se remonta a la literatura sobre estas temáticas, que también exageraban la cantidad de muertos para hacer los libros más interesantes para el lector.

2 Flechas con fuego para matar al enemigo

En este mito hay un poco de realidad, ya que los antiguos pueblos medievales utilizaban flechas con fuego, puesto que la madera y la paja (material muy combustible) eran abundantes, para intentar destruir y quemar pueblos enemigos. Sin embargo, no se utilizaban en batallas para matar al contrario, porque ya de por sí las puntas de las flechas eran lo suficientemente mortales. Es probable que en la pantalla gigante las flechas con fuego usadas como efecto visual sean más acertadas que en su uso cotidiano.

3 Vikingos con cascos con cuernos

Los cascos con cuernos que aparecen en muchas películas de Vikingos de la industria de hollywoodense (Thor, El guerrero 13, Vicky el vikingo y el martillo de Thor) son una invención, ya que el único tipo de casco vikingo encontrado por arqueólogos -Gjermundbu-, no tenía cuernos, sino una corona redonda. Adicionalmente, el arte de esa época muestra otros cascos de forma cónica, más no con cuernos.

4 Napoleón era de baja estatura

El mito sobre la baja estatura de Napoleón trasciende el cine. Es utilizado para describir el complejo de inferioridad de los hombres bajos que compensan su estatura con su gran ego, algo que se conoce como el Complejo de Napoleón. En muchas películas en las cuales se recrea la historia del Emperador de Francia, su personaje ha sido encarnado por actores de baja estatura. Sin embargo, existe evidencia de que su altura era de 1,70 m, un poco bajo tal vez para un hombre europeo, pero ciertamente no pequeño como nos han hecho creer.

5 La historia de William Wallance en Corazón Valiente

Este filme de acción protagonizado por Mel Gibson representando a William Wallace, tiene algunas cuestiones que no coinciden cercanamente con la realidad. Según la historia, Wallace era un rico terrateniente y no un plebeyo. La pollera escocesa difícilmente la pudiera haber llegado a usar, ya que fue una invención posterior a su muerte. Lo mismo sucede con la paternidad de Eduardo III, cosa imposible teniendo en cuenta que nació muchos años después de que mataran a Wallace.

6 Los valores democráticos de los héroes

Los guionistas de Hollywood mezclan la historia con los valores modernos y así llevan al cine películas en las cuales los héroes de antaño que poco o nada defendían la democracia, aparecen como acérrimos defensores de la misma. En el filme El Patriota el personaje de Mel Gibson era un terrateniente del sur de Estados Unidos que no poseía esclavos, algo bastante inusual para la época. Y en Gladiator, el emperador romano Marco Aurelio, era un representante de la democracia, cuando lo cierto es que era un admirador de la autocracia.