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¡No más excusas! Motívate para ir al gym

Motivarse para ir al gym es fundamental para no abandonar y lograr la meta que se persigue. Si bien no es fácil y la perseverancia constituye un aspecto fundamental, establecerse metas realistas, elegir una actividad divertida, ejercitarse con música, etc., son algunos de los tips que ayudan.

Motivarse para ir al gym

Cuando se comienza a practicar una actividad física, la motivación es el motor fundamental que impulsa a hacerlo. Sin embargo, en la medida que comienza a volverse algo rutinario, puede suceder que comiencen las excusas para abandonarla. Por ejemplo: “hoy estoy muy cansado, mejor voy mañana”, “un día sin ir no me va a hacer nada”, “empiezo el lunes, no voy a comenzar el gym a mitad de semana”, son algunas de las frases típicas que la mayoría de nosotros usamos para excusarnos. Sin embargo, lo cierto es que estas son simples justificaciones que lo único que hacen es alejarnos del gimnasio cada vez más.

La motivación y la perseverancia son fundamentales en el ámbito deportivo profesional

El control de la mente y la persistencia para conseguir los objetivos y alcanzar las metas son claves en este terreno. Los deportistas amateurs o individuos comunes que se anotan en el gimnasio comienzan con mucho ímpetu y ganas, pero con el paso de los días ese entusiasmo va decayendo, y al cabo de unos meses terminan abandonando todo.

Para que esto no suceda, es importante seguir los siguientes consejos que te mantendrán motivado para ir al gimnasio.

1 Establecerse metas realistas

Esta recomendación aplica a todos los aspectos de la vida cuando se persigue una determinada meta, especialmente cuando se necesita motivación para ir al gimnasio. Si la meta es muy lejana o a largo plazo, lo más probable es que en el camino se vaya perdiendo el interés por alcanzarla. En cambio, si nos trazamos objetivos concretos y medibles en el corto plazo, el camino se va haciendo en sí mismo interesante, lo cual permitirá ir alcanzando dichos objetivos poco a poco hasta llegar a la meta en un plazo más largo.

Esto quiere decir que los objetivos son específicos, de corto plazo y medibles o cuantificables. Las metas por su parte son más genéricas, de largo plazo, y son el cúmulo de objetivos logrados.

Una vez alcanzada la meta, se puede realizar una apuesta superior e ir por más y así sucesivamente. Dando pequeños pasos pero seguros, se puede llegar mucho más lejos que si se pretende dar grandes saltos que pueden hacer caer al vacío.

2 Elegir una actividad divertida

El ejercicio no tiene que ser entendido como un castigo o una obligación, sino lo más probable es que rápidamente se busquen excusas para abandonarlo. Existen numerosos deportes y actividades físicas que pueden resultar muy divertidas, incluso algunas que pueden realizarse en grupo o en pareja y así resultar más motivantes y entretenidas. ¿Haz escuchado de las clases grupales de Zumba o las clases de spinning por niveles?

3 Usar música que motive

La música ya de por sí motiva, favorece el movimiento e impulsa a seguir con lo que se quiere alcanzar. Existe música especial para hacer deporte y mucha gente la utiliza para salir a correr o realizar sus rutinas de entrenamiento con pesas. Pero esto depende en gran medida de los gustos personales; quizás lo que para uno es muy motivador para otro no. Lo recomendable es compilar una lista personal de música (playlist) para entrenar y utilizarla en el gimnasio. Para ello, puedes utilizar servicios online de streaming como Spotify, YouTube, Last.fm y Pandora; en adición a la lista de archivos musicales que tengas en tu player digital.

4 Comprar ropa deportiva atractiva

Lejos han quedado las épocas en que las personas usaban las prendas más viejas y gastadas que tenían para ir al gimnasio. En la actualidad la industria de la ropa deportiva es todo un éxito y la oferta hace que la demanda exista. Pero cuando se trata de motivarse para ir al gym, comprar ropa deportiva bonita puede ser de gran ayuda. El hecho de verse bien con esta ropa puede ser un impulso para ir al gimnasio, y una vez allí, todo es mucho más fácil.

En algunos casos, como el de las clases de spinning (bicicleta estacionaria), existe todo un “fashion statement” detrás, ya que si bien es cierto no es adecuado ir a entrenar con unos shorts de jeans, tampoco se requiere de spandex de lycra con padding y costuras especiales como los que usan ciclistas profesionales en el Tour d’ France.

En general cuando se comienza a hacer ejercicio uno se siente mejor y se alegra de haber tomado la decisión de hacerlo.

5 Establecer días y horarios

Una vez que se establecen determinados días y horarios para ir al gimnasio o para realizar actividad física, es fundamental respetarlos. Para que ir al gimnasio se convierta en un hábito y luego no se abandone, debe respetarse y no ser lo primero que se deja de lado ante cualquier eventualidad. Si se entiende que el deporte es tan importante como mantener una buena alimentación, una correcta higiene bucal y dormir las horas necesarias, entonces se transformará en un hábito y no costará tanto realizarlo.

6 Tener un plan B

Puede ocurrir que en algún momento, por alguna eventualidad o compromiso no puedas ir al gimnasio. Imagínate que está nevando fuerte y que hay mucha nieve en las calles haciendo riesgoso el conducir; o que pasaría si se te malogró el carro y tienes que pedir un remolque; o talvez es muy tarde para ir a hacer un poco de máquinas al gymnasio, y tu gym no ofrece servicio las 24 horas. ¿Qué hacer en esos casos?

Lejos de ser un obstáculo o un factor que influya para abandonar tu rutina de ir al gym, debe ser considerado como una motivación para buscar un plan B. Esto significa tener a la mano opciones alternativas para realizar otra actividad física en la que se gaste la misma o similar cantidad de calorías. Algunos ejemplos incluyen: salir a caminar al parque, trotar o correr por la manzana donde se vive, andar en bicicleta o sencillamente poner música y entrenar en casa con unas pesas y barras.