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Colombia apostó al turismo y le fue bien

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En un año marcado claramente por una crisis financiera a nivel mundial y la caída en picada de sectores como el turismo, Colombia parece haber obviado este inacabable letargo tras haberse incrementado más de un 11% la llegada de visitantes extranjeros al país en 2009, la mayoría procedentes de países como Estados Unidos (21,7%), Venezuela (20,8%) y Ecuador (6,5%). Y eso sin incluir los flujos entre puestos fronterizos, tal y como aseguran desde el Ministerio de Turismo colombiano.

La mayoría de ese turismo en Colombia es de negocios, seguido del de salud y el vacacional. Las cifras no engañan. ¿Las razones de este éxito de atracción? Inversión en hoteles en Colombia a cambio de exenciones tributarias, aerolíneas de bajo coste, recepción de turismo gay, religioso y de salud o agencias en supermercados son factores que han influido en este espectacular crecimiento.

En materia hotelera el país suramericano ha gozado de una tasa al alza anual en la oferta de 0,93 puntos porcentuales en la última década. Su Gobierno pretende que las inversiones continúen creciendo en los próximos años, soportadas bajo la exención del 100% en el impuesto de renta para todas las inversiones realizadas hasta el año 2018, lo que sin duda atraerá a los empresarios hoteleros.

Aerolíneas de bajo costo como EasyFly, Spirit Airlines o JetBlue han irrumpido con fuerza tanto en el turismo doméstico como internacional a precios para todos los bolsillos. Mientras, las agencias de viaje, cada vez más, optan por especializarse en la captación de un turismo homosexual que, por ejemplo, en Estados Unidos genera cada año 64.500 millones dólares.

Alrededor de este tipo de turismo se crean otros negocios especializados como hoteles, teatros, spa y locales de rumba. En Bogotá, en el sector de Chapinero Alto, el Hotel High Park abrió en exclusiva para atender a los visitantes gays. Aparte de la capital, San Andrés, Cartagena y Medellín son los destinos más atractivos para estas comunidades.

La fe mueve montañas y también dinamiza el turismo en Colombia. Cientos de peregrinos viajan al país suramericano atraídos por el pago de alguna promesa al Divino Niño del 20 de julio en Bogotá, a la Virgen de Chiquinquirá, al Señor Caído de Monserrate, al Santuario de Ipiales en Nariño o al Milagroso de Buga en Valle.

El turismo de salud también incentiva los viajes a Colombia. Cada vez más son los visitantes foráneos quienes acuden aquí a aliviar sus dolencias atraídos por la calidad y reconocimiento internacional de la medicina local. Al país llegan anualmente más de 30.000 personas de diversas partes del mundo por este motivo.

Con el objetivo de mejorar resultados turísticos en temporada baja, supermercados como Alkosto, Carrefour, Éxito y Falabella apostaron por el negocio de los viajes para aprovechar la elevada afluencia de clientes que compran en ellos a diario. Han logrado fomentar el turismo doméstico, sobre todo hacia los destinos playa en Colombia (San Andrés, Cartagena y Santa Marta).

Y a nivel internacional, Panamá y Miami ocupan los primeros lugares en la demanda. Las ventas de paquetes turísticos en grandes superficies todavía no llegan al 4%, pero se consideran un mercado potencial y un fuerte canal de competencia para las tradicionales agencias.

Historia, cultura, gastronomía, arte y moda fueron las principales motivaciones que los extranjeros encontraron para visitar la capital colombiana y alrededores. Monserrate, el Museo del Oro, el barrio La Candelaria y el Museo Botero.