Agregar comentario

Fuí casado 15 años, tengo dos niñas. Soy psicólogo y mi ex-mujer profesora. Un matrimonio ejemplar una vida perfecta y una mentira tras otra... hice conmigo lo que recomiendo a mis pacientes que no hagan nunca... me engañe a mi mismo...

De novia era poco fogosa y yo pensé que era recato, de esposa cada día más fría. Tenía que planear cada ocasión y medio engañarla para poder pegar un polvo mediocre una docena de veces al año.

Después llego depresión por parto y mi paciencia infinita, después insatisfacción personal de la nena, al final me convertí un esclavo de sus tristezas, me empeñaba en salvarla y me hundía yo... pasaba el tiempo y era un esclavo de una situación que yo nunca hubiese firmado....
Mas tarde buscamos la segunda niña, todo iba ir mejor y la cague más... termine cumpliendo años en una vida que no me gustaba y sintiéndome solo en mi propia casa.

Los vínculos familiares y sociales me confundían y no veía la realidad. Vida solo hay una y siendo infeliz no hacia bien a nadie.

A ella solo le importaban las compras, la vida social y el glamour... a mi me compraba de todo y yo solo necesitaba afecto y buen sexo....

Nuestro nivel adquisitivo era bueno así que tras bajas por depresión continuas un día la echaron del trabajo... ahora tiene todo el tiempo para estar triste... lo mejor es que ahora pretendía seguir viviendo como una princesa y no freir ni un huevo. Nunca limpio un baño, ordeno una cocina o me preparo el almuerzo... como mujer un desastre...

Lo mas jodido es que no me di cuenta hasta que forzado por la situación y al límite conocía a una mujer de verdad, completa , inteligente y cariñosa.... ahí me di cuenta que mi carrera no me había ayudado a distinguir un parásito.
Un buen día hartos de recoger sus vasos de agua, su ropa de todas las sillas y etc exploté y me preparé la ultima maleta.

Hoy vivo con Esther, soy feliz, me siento pleno y joven. Vivir con ella es vida. No cometáis el mismo error que yo... sed más inteligentes y cuando sospechéis que estáis equivocados analizarlo porque seguramente es así. Corregir en cualquier punto de la partida siempre es mejor que morir en vida.

Ahora le paso pensión por mis dos nenas y por ella que con depresión no puede trabajar jajajaja pero aun así me sale más barata la cosa que si me quedo muriéndome....

Lo mas cojonudo es que después de divorciarnos me dijo que no era inapetencia es que le gustan la pollas grandes y que no la había hecho correrse jamas. Fingió 15 años. Pensé que era despecho pero hoy se que fue verdad y aunque me hizo mucho daño en mi hombría, Esther se ha ocupado de restablecerme en esa faceta...

Al loro con las frígidas que yo en mi consulta les saco a todas un amante tarde o temprano!!!