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Sabemos que la carne es débil pero hay gente que no se esfuerza en controlar sus revolucionarias hormonas. Existe una frase de Molière que expresa una cruel realidad (quede claro que tampoco se puede generalizar) y es la siguiente: "Somos más fácilmente engañados por aquellos a quienes amamos". Esto no significa que se lleve a cabo una tentación sino que más bien supone un riesgo a tener en cuenta. Hay serios estudios que dicen que el amor conyugal no suele durar más de cuatro años, tras los cuales indudablemente los miembros de la pareja se mantienen unidos gracias a un CARIÑO consolidado, el trato cómplice, el roce esforzado. Sin embargo, parece ser que la benevolencia en esta asquerosa suciedad moderna, no sólo en los hombres sino también en las mujeres, resta cierto atractivo, aún a sabiendas que esas personas incluso pueden tener un aspecto hermoso. Por tanto, habría que referirse más bien a ese tipo de atracción morbosa* (palabra que significa "enfermizo") donde el presunto "masoka" se siente atraido por el "sado", tal vez como una experiencia nueva en personas de caracter promiscuo que se aburren hasta de sí mismas. ¿Pero por este mismo hecho debe cambiar la actitud y el corazón de las personas nobles y "superiores" para seducir...? Rotundamente ¡NO! El mundo los necesita o necesitará así tal cual. Como muy bien se ha escrito por aquí el culpable debe pagar sus arriesgados deslices y muy probablemente pagará entre otras cosas un duro "karma" por causar dolor y traición, aunque ocurre no pocas veces como hasta el ofendido acaba por pedir perdón. ¡Terrible! Porque el afligido fiel siente todavía un amor construido en la roca (más o menos turbulento, claro está); en cambio, el verdadero causante de la infidelidad no. El infiel acabará hasta engañándose a sí mismo por acostumbrarse a justificar con mentiras lo que trata de hacer a escondidas, pero como se puede coger con facilidad antes a un mentiroso que a un cojo, ¡caray! ¡quienes se engañan son este tipo de personajes! Los personajes promiscuos se pueden manifestar sin dificultad durante los dos primeros años y son individuos con los cuales no deberías casarte o formar pareja, a menos que te excites como sufridor. El promiscuo o el infiel casi siempre los descubres hablando de sus batallitas o aventuras sentimentales, algo por lo que la telebasura y las miserables telenovelas que promueven la infidelidad emocional, tienen buena parte de culpa porque la influencia llega a ser subliminal. Las redes suciales en general, los chats de internet, etc pueden contribuir al ligue baladí porque la gente piensa que puede conquistar a un simple golpe de click. Por si fuera poco, últimamente estos problemillas se han agudizado también en los últimos años por culpa de la puta crisis económica, porque la misma falta de dinero en un mundo de educación materialista intenta pegar patadas a un sentimiento tentado a escapar por la ventana. Muchas familias se han roto por culpa de esto último, pero quien cree que el verdadero amor lucha por mantenerse coronando en la cima conseguirá el justo bien que se merece (sea con esa u otra persona). Mi abuela me decía que muchísimas damas (digan lo que digan) no saben ciertamente lo que quieren y que "es más fácil leer un periódico en un día de huracanes que entender bien a una mujer". Quizá sea por esa debilidad provocada de retarse fuertes frente a una sociedad de machos con espíritu dominador. Esto pueden juzgarlo como "misoginia" pero si hay alguna de esas demagogas feminazis pues que se .... Bien. Así como no debiéramos generalizar, tampoco se debiera aguantar un amor no correspondido con un personaje ignorante a la vez que morbosillo y humillador"sado" que no merece ni los buenos días ni mucho menos hacernos perder nuestro precioso tiempo. Si añadimos que el "cornudo" o la "cornuda" sienten el irresistible deseo de vengarse por una legítima cuestión de amor propio, pues ya podríamos hablar otro tanto de espionaje emocionante y guerra muy emocional, por ejemplo. Todo esto parece una filosofada de mucho cuidado y depende también de la moral de cada cual, pero yo lo creo así afortunadamente y no se trata más que de la experiencia de los sabios.