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Qué pasa con las mascotas en un divorcio

La tendencia petfriendly llega también a las disputas de divorcio, donde las parejas acuerdan quién se queda con la mascota, incluyendo en algunos casos una indemnización económica para el que no se la queda y en otros, régimen de visitas y demás.

Mascotas en un divorcio

Cada vez más hogares en el mundo tienen mascota, mayoritariamente perro, y también cada vez son más frecuentes los divorcios. Si bien en estos casos lo más frecuente es la disputa por decidir con quien se quedan los niños, dada la importancia que han adquirido las mascotas en los últimos tiempos, surgen nuevas interrogantes. ¿Qué pasa con el perro? Cuando hay niños, lo más habitual es que se quede en el mismo lugar que ellos. Sin embargo, ¿qué sucede cuando la pareja no tiene hijos?

La abogada española Rosalina Flores explica:

El juez debe de valorar ante todo el bienestar de los menores, por lo que si hay niños lo normal es que se lo quede el cónyuge que tenga la guarda y custodia de los niños. Puede alegarse que es bueno para el menor que el animal no se separe de él; de este modo tiene posibilidades de que menor y mascota estén juntos.

En la legislación española, así como en la argentina y algunas otras, las mascotas tienen el mismo valor que los bienes muebles en la sociedad conyugal y se tratan como tales. Así lo señala Rosalina Flores:

…se trata de un bien más de la pareja.

No tienen en el Código Civil más trascendencia que meros objetos o mercancías.

si la mascota la adquirió uno de los cónyuges antes de casarse, el animal será de aquel que lo adquirió, sin mayor discusión.

Según explica la abogada Yolanda Álvarez, Puerto Rico no tiene jurisprudencia al respecto y lo que se suele hacer, es utilizar la jurisprudencia estadounidense en temas similares:

… lo que se recomienda es que primero se piense en el mejor bienestar de la mascota.

El asunto de la custodia de las mascotas en Puerto Rico ha ido en aumento considerablemente; principalmente porque hay parejas que no han tenido 'hijos humanos' y consideran a sus animalitos como sus hijos. Por eso, a veces, a la hora de una separación les resulta difícil despegarse de sus perritos o gatitos que han tenido por años en algunos casos.

El titular del despacho Soluciones Jurídicas en México, Víctor Carrillo dice que en ese país:

Las mascotas no se incluyen en ningún código, por lo que deben considerarse como parte del patrimonio, legalmente son considerados como semovientes, que es un término jurídico que se refiere a aquella parte del patrimonio que es capaz de moverse por sí sólo.

Moisés Sierro, abogado del despacho Ruíz Dávila & Asociados de México, señala que el tema de qué hacer con el perro en el divorcio se ha vuelto más habitual:

Es un asunto cada vez más frecuente, sobre todo en parejas que no tienen hijos.

Francia, por ejemplo, se convirtió en 2015 en el primer país donde las mascotas son consideradas seres vivos dotados de sensibilidad y no como bienes muebles.

La tendencia Pet Friendly en el divorcio

El abogado especialista en derecho civil argentino Emilio Daniel Argüello señala sobre la tendencia a pelear por la mascota en el divorcio:

El planteo de la tenencia de las mascotas, luego de una separación, es cada vez más común en una demanda de divorcio porque para muchas parejas los animales domésticos son como hijos. En muchos casos, ambos miembros de la pareja piden quedarse con ellos.

La custodia compartida es la mejor opción cuando existe algún tipo de disputa de intereses y en muchos casos se puede llegar a esto de común acuerdo sin necesidad de una disputa legal. En este caso se debe realizar un régimen de visitas similar al que se realiza cuando hay hijos de por medio.

La abogada argentina especialista en derecho de familia explica:

…no hay una patria potestad sobre el animal. En un juicio de divorcio se divide como si fuera un objeto. Sé de algunos casos en los que, cuando el animal es de raza, se lo lleva a un criadero para venderlo y dividirse la plata. En otras oportunidades, uno de los miembros de la pareja renuncia a él a cambio de que la otra parte le compre la mitad.