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Cómo son las bases militares atacadas por Irán

Algunos reportes de lo que fueron estas bases militares en su época de esplendor.

Bases militares atacadas
New York Times

La base aérea estadounidense de Al Asad era tan grande que, luego de la invasión estadounidense en 2003, contaba con cines, piscina, restaurantes y dos rutas internas de buses. Justamente este miércoles 8 de enero, esta base fue uno de los blancos de una serie de ataques con misiles efectuados por el gobierno iraní como represalia por la muerte del general Qasem Soleimani, ejecutado el viernes 3 de enero en un bombardeo estadounidense.

Otro de los blancos fue una base ubicada en la provincia de Irbil, en el norte del país, que alberga casi 40.000 soldados.

En cuanto a Al Asad, esta fue construida en la década de 1980 para el ejército iraquí a unos 160 kilómetros al oeste de la capital del país, Bagdad. Pero después de la invasión de Irak, liderada por el ex presidente estadounidense George W. Bush, se convirtió en una de las más grandes de Washington y sufrió una rápida transformación.

Con respecto a esta base, el periodista Oliver Poole informó en 2006 a la BBC:

"Está justo en medio del desierto, y está rodeada por matorrales, desierto y rocas. Al entrar en la sección estadounidense, te encuentras con calles mucho mejores... en muchos sentidos, han tratado de recrear la configuración de una ciudad suburbana moderna de los Estados Unidos".

Las instalaciones eran tan impresionantes que algunas tropas estadounidenses la apodaron “Camp Cupcake”.

Base con historia

Entre 2009 y 2010, Estados Unidos decidió retirarse de la base y se la devolvió a los iraquíes, pero cuando el grupo terrorista Estado Islámico invadió la provincia limítrofe de Anbar, la base fue atacada. En 2014, el periodista de la BBC, Quentin Somerville tuvo acceso a Al Asad con la ayuda de un avión militar iraquí y este fue su reporte:

"Los recuerdos de la ocupación estadounidense están en todas partes: proyectiles de artillería utilizados y dormitorios llenos de polvo, con paquetes de comida, sin comer, esparcidos por el suelo".

Pero fue el mismo 2014 en que Estados Unidos volvió a Irak para combatir al Estado Islámico y la base fue reconstruida; sin embargo, con muchas menos tropas, un aviador aseguró en 2017 que la base no es lo que solía ser en su época de esplendor.

Residencia de 1.500 soldados estadounidenses y aliados

El 26 de diciembre de 2018, el presidente Donald Trump realizó una visita a las tropas que vivían en la base. En ese entonces afirmó:

"Los hombres y mujeres estacionados en Al Asad han desempeñado un papel vital en la derrota militar del EI en Irak y Siria".

Aunque al poco tiempo admitió a los periodistas que por un momento temió por la vida de su esposa, quien lo acompañó durante ese viaje. Pero no fue la única alta autoridad estadounidense que ha estado por aquellos lares, en noviembre de 2019, el vicepresidente Mike Pence también visitó la base en el Día de Acción de Gracias.

Se calcula que hay alrededor de 1.500 soldados estadounidenses y de coalición en Al asad y cerca de 5.000 en el país. Esta semana, en una votación, el parlamento iraquí acordó expulsar a estos soldados. En respuesta, el presidente Trump subió el costo de la base aérea de Al Asad.

"Tenemos una base aérea extraordinariamente cara. Su construcción costó miles de millones de dólares (...) No nos iremos a menos que nos paguen por ello".

La segunda base

La otra base que fua atacada estaba en Irbil, la capital de la región del Kurdistán y una provincia relativamente estable en Irak. En setiembre de 2019, el ejército de Estados Unidos sostuvo que Irbil albergaba a más de 3.600 militares y civiles de 13 naciones diferentes. Esta base se usa para entrenar a las fuerzas locales. En diciembre pasado, el Comando Central de los Estados Unidos informó que las primeras instructoras militares en la región se habían graduado en Irbil.

El tiempo que permanecerán las tropas estadounidenses en Irak es incierto. Esta semana, el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Mark Esper, se vio obligado a negar que Estados Unidos retirará sus tropas del país en un plazo corto.