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Pasatiempos de líderes sanguinarios de la historia

Incluso los hombres más crueles tienen un lado humano, el que se ve reflejado en curiosos pasatiempos.

Pasatiempos de líderes sanguinarios

La historia oficial casi nunca nos cuenta el lado humano e íntimo de aquellos personajes y líderes históricos que dejaron huella en su paso por el mundo no por sus buenas acciones, sino por ser crueles y sanguinarios. Hemos leído y escuchado tanto sobre sus atrocidades que se nos hace difícil imaginar que algunos de ellos tuvieran pasatiempos tan inofensivos como dedicarse a la jardinería o cuidar a sus mascotas, por ejemplo.

Ellos son ejemplo de que la maldad y los rezagos de bondad pueden convivir en una misma persona, por lo que es interesante descubrir los pasatiempos secretos de estas personas, sobre todo cuando son discordantes con el temperamento que esperamos de personas como Osama Bin Laden o Saddam Hussein.

Estos son algunos de los pasatiempos de conocidos personajes despiadados.

1Las canciones de amor de Al Capone

Uno de los jefes de la mafia más conocidos, el temible Al Capone, cultivó en sus ratos de ocio la afición de la composición musical popular en su variante amorosa. Tal vez con la finalidad de eludir el ruido de las balas o de olvidar sus recuerdos dolorosos de su estancia en la prisión de Alcatraz, Capone dedicó a su esposa una de sus muchas canciones escritas para voz y banjo.

2Hitler dibujaba personajes de Disney

En 2008, William Hakvaag, entonces director de un museo noruego, afirmó haber descubierto dibujos hechos por Adolf Hitler durante la Segunda Guerra Mundial, pero, contrario a lo esperado, no se trataba de bocetos que exaltaran la cultura aria o el imaginario alemán, sino de personajes que protagonizaban las películas de Walt Disney, concretamente, dos de los siete enanitos y un dibujo de Pinocho. Este descubrimiento se complementa con el hecho de que el líder alemán poseía una copia de la película de Blanca Nieves, de la que aseguraba que era una de las mejores películas jamás realizadas, y objetos relacionados con Mickey Mouse entregados por el propio Joseph Goebbels.

3Osama Bin Laden y el voleibol

Se dice que el deporte civiliza, aunque quizás no sea completamente. Al menos en Osama Bin Laden parece que este proceso no fue del todo pleno, pues a su vocación de líder terrorista habría que añadir su afición insaciable por el voleibol, disciplina que practicaba con mucho placer y, según afirma su antiguo guardaespaldas Nasser al-Bahri, también con sobresaliente habilidad.

4Las novelas románticas de Saddam Hussein

Al parecer, Saddam Hussein, era seguidor de las novelas rosas de Corín Tellado, pues se dio el lujo de publicar una historia de tintes parecidos que publicó bajo el seudónimo de S. Hussein. La novela titulada Zabibah y el rey, narra la historia de amor de un gobernante hacia Zabibah (el amor de Hussein por Irak), con la eventual irrupción violenta de un marido desalmado (Estados Unidos), quien viola a la virginal Zabibah. Hay quienes afirman que Hussein no es estrictamente el autor de la novela, sino que contrató a un grupo de escribas que redactaron la obra bajo sus indicaciones.

5Kim Jong II y su admiración por Michael Jordan

El fallecido dictador norcoreano, tuvo gustos excéntricos, pero ninguno fue tanto como su afición por el basquetbol, sobre todo su admiración hacia Michael Jordan, uno de los íconos noventeros del este deporte. Su pasión por dicho deportista llegó al grado de que poseía una colección en formato VHS de todos los partidos en los que participó Jordan con los legendarios Toros de Chicago, e incluso invitó al jugador a Corea del Norte para que ofreciera un par de juegos de exhibición. En el año 2000, la entonces Secretaria de Estado del gobierno estadounidense Madeleine Albright visitó el país de Kim Jong II y entregó como regalo un balón de basquetbol firmado por Jordan, el mismo que el gobernante entregó al Museo del Entendimiento Internacional para su exposición permanente.

6Stalin y los dibujos de hombres desnudos

Stalin era un hombre significativamente culto, refinado a su manera, interesado en las más diversas disciplinas científicas y artísticas, preocupado por entender lo que terminaría por censurar. Esta misma inquietud lo llevó a emplear algo de su tiempo libre en analizar minuciosamente dibujos de hombres desnudos realizados por artistas rusos del siglo XIX y XX y autografiarlos. Al parecer, Stalin sentía una especial satisfacción al solazarse en la pornografía y los pensamientos sexuales, pues a los trazos realizados por los artistas rusos añadía comentarios mordaces sobre las personas dibujadas. El hecho de que Stalin haya firmado con su nombre estos retratos, hace que se haya confundido con su autoría. Una exposición de estos desnudos firmados por Stalin se realizó en Moscú hace dos años.