Permalink Submitted by Iván Bendagna on Dom, 09/29/2013 - 19:03
Estimado público: No existe ningún maestro absoluto en el canto operístico que debamos ensalzar sólo porque lo admiramos y soslayamos las limitaciones y defectos que pueda tener para ponerlo en el primer plano como lo absoluto. Nuestro mejor conocimiento sobre los cantantes sólo será real y honesto con la experiencia auditiva y la comparación objetiva con otros cantantes, pero no es válido basarnos en la premisa errónea del gusto o la admiración que sintamos por determinado cantante para calificarlo como el mejor de todos. Por tanto, es una audacia y temeridad que salgamos diciendo que los mejores tenores, por ejemplo, son Caruso, Björling y Domingo, cuando tenemos "otros" grandes teneroes tan grandes como éstos, porque sencillamente no hay mejores absolutos al valorar sus cualidades y defectos vocales de que todos pudieran adolecer. Por ejemplo, Gedda tuvo un "do de pecho" más grande que el de Pavaratti, pero a este último lo llamó la publicidad "el rey del do de pecho", cuando también, entre otros, Gedda, Kurt Baum, Mario Filippeschi, Richard Leech, Lauri-Volpi y muchos otros tenores han sido reyes del do de pecho.
Estimado público: No existe
Estimado público: No existe ningún maestro absoluto en el canto operístico que debamos ensalzar sólo porque lo admiramos y soslayamos las limitaciones y defectos que pueda tener para ponerlo en el primer plano como lo absoluto. Nuestro mejor conocimiento sobre los cantantes sólo será real y honesto con la experiencia auditiva y la comparación objetiva con otros cantantes, pero no es válido basarnos en la premisa errónea del gusto o la admiración que sintamos por determinado cantante para calificarlo como el mejor de todos. Por tanto, es una audacia y temeridad que salgamos diciendo que los mejores tenores, por ejemplo, son Caruso, Björling y Domingo, cuando tenemos "otros" grandes teneroes tan grandes como éstos, porque sencillamente no hay mejores absolutos al valorar sus cualidades y defectos vocales de que todos pudieran adolecer. Por ejemplo, Gedda tuvo un "do de pecho" más grande que el de Pavaratti, pero a este último lo llamó la publicidad "el rey del do de pecho", cuando también, entre otros, Gedda, Kurt Baum, Mario Filippeschi, Richard Leech, Lauri-Volpi y muchos otros tenores han sido reyes del do de pecho.