Lo último sobre los hombres que pagan por sexo

Prostitución
Prostitución, ¿es realmente necesario pagar por sexo?
Foto courtesía de Arthur Jarreau

El saber popular sostiene que los hombres que recurren a prostitutas son hombres perdedores y solitarios que no pueden obtener sexo de ninguna otra forma. Pero la gran mayoría de estos hombres son personas comunes, la mayoría de ellos están casados o comprometidos.

De hecho, los hombres que utilizan los servicios de las prostitutas generalmente tienen más parejas sexuales que aquellos que no lo hacen, dice Donna Hughes, profesora de temas relacionados con la mujer de la Universidad de Rhodes Island. “Se trata en verdad de un corte transversal”, sostiene un policía de Toronto, quien prefirió el anonimato. “Muchos de estos hombres son propietarios, buenos hombres con un buen trabajo. De todos los hombres con los que tuve trato, no hay ninguno con una característica diferente que lo pueda diferenciar de otros”.

Los hombres tienen diferentes motivos para pagar por sexo. Muchos de ellos ansían la variedad y utilizan a las prostitutas como complemento de sus vidas sexuales, o bien como medio para cumplir aquellas fantasías que no pueden realizar con sus esposas o novias. Otros, disfrutan de la aventura y de la adrenalina de la caza; y otros, se entusiasman con lo ilícito de la situación, el misterio natural que la envuelve.

Algunos hombres buscan prostitutas porque están demasiado ocupados para involucrarse en una relación, buscan evitar el drama y les gusta la conveniencia de comprar sexo cuando lo necesitan. Otros hombres están en busca de una pseudo-intimidad y no sólo de sexo.

Lo que estos hombres tienen en común, manifiesta Victor Malarek, autor del libro “The Johns: Sex for Sale and the Men who Buy It (“John: Sexo en Venta y Los Hombres que lo Compran”), es que no piensan en las mujeres que utilizan y qué las llevó a ejercer la prostitución. La prostitución requiere de la creación y el mantenimiento de una ilusión agradable que, de hecho, prostituye al igual que los hombres que pagan a estas mujeres por sexo, la ilusión de que se ven atraídas por estos hombres y que disfrutan del sexo con ellos, explica Martin Monto, un sociólogo de la Universidad de Portland en Oregon.

En realidad, dicha fantasía es más bien una desilusión. “El hombre puede elegir creer que cada gemido que emana de los labios de la mujer se debe a su masculinidad magnética”, declara Malarek, “pero la realidad es que estas mujeres saben actuar muy bien”. Una vez que dicha ilusión desaparece, muchos hombres se ven disuadidos.

La prostitución daña tanto a hombres como a mujeres, afirma Melissa Farley, psicóloga a cargo del sito prostitutionresearch.com. Los hombres que ven a las mujeres como objetos pueden presentar dificultades en mantener interés en una relación normal, opina Doug Weiss, administrador del sitio sexaddict.com. “Tampoco se trata de una sexualidad sana para el hombre”, dice Farley. “Es dañina para ellos también”.

Cargo por servicio

Tres hombres que han pagado por los servicios de prostitutas explican los motivos que los llevaron a hacerlo.

  • “Sólo quería acostarme con alguien. Era menos arduo que ir por una aventura de una noche, gastar $200 en un bar lleno de humo sin garantía alguna. Logré lo que buscaba”
  • “Intentaba probar que no era homosexual y a la vez probar mi hombría estando con tantas mujeres como pudiese. Solía llamarla y preguntarle cómo era físicamente y luego decidía de acuerdo a cómo me había hablado, si había sido agradable y reconfortante, si se trataba de alguien simpático con quien hablar”
  • “Sólo lo hice por curiosidad. Parecía ser algo normal e interesante para hacer en Amsterdam. Al final, fue un fiasco, todo muy clínico. Intenté ser agradable con ella y ella me trató como si fuera una enfermera, no me dejó acariciarla. Su frialdad convirtió todo el acto en un desafío”

Adaptado de Sex Ed: Keeping Up With the Johns originalmente escrito por Jay Dixit.