Abducciones extraterrestres

Casos considerados clásicos por quienes estudian la posibilidad de vida extraterrestre y visitas de alienígenas.

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El tema de los secuestros extraterrestres es uno de los más debatibles porque siempre se ubica en los límites entre la realidad y la ficción. Pero siempre habrá casos en los que las pruebas visibles de tal acontecimiento dejarán poco lugar para las dudas. Quien tenga ojos, que vea.

Antonio Vilas Boas y la nave extraterrestre

En octubre de 1957, el agricultor brasileño Antonio Vilas Boas, manejaba su tractor sobre sus tierras de sembrío, cuando notó en el cielo una extraña estrella roja. Conforme esta luz fue acercándose a él, el agricultor pudo distinguir las formas de una nave extraterrestre que aterrizaba dentro de su campo. Aterrado, se dispuso a huir, pero fue capturado por un pequeño humanoide de ojos azules.

En su testimonio, el agricultor contó que fue llevado a la fuerza al interior de la nave y una vez ahí, lo cubrieron con una sustancia parecida a un gel. Posteriormente lo obligaron a tener relaciones sexuales con una criatura.

Cuando fue devuelto a la Tierra, cuatro horas más tarde. Su cuerpo presentaba huellas de quemaduras, sentía náuseas y dolores de cabeza. El médico le diagnosticó una enfermedad ocasionada por radiación.

Barney y Betty Hill

Era el 19 de setiembre de 1961 cuando el matrimonio Hill volvía a casa. Su viaje fue interrumpido de pronto por una nave luminosa que descendía del cielo hasta colocarse muy cerca sobre su vehículo. Barney relató que fue capaz de ver 11 figuras humanoides vestidas de negro y con capas quienes los observaron detenidamente.

Llena de pánico, la pareja emprendió la huida y según contaron, durante todo el trayecto sintieron un molesto zumbido en los oídos. Al llegar a casa, notaron que el viaje de regreso, que normalmente tomaba cuatro horas, en aquella oportunidad había durado siete horas.

Desde entonces, la pareja tuvo sueños recurrentes en las que veían figuras irreconocibles experimentar con ellos, tomándoles muestras de piel e introduciéndoles agujas por el ombligo.

Amy Rylance secuestrada por alienígenas

Este caso ocurrió en octubre de 2001, en la ciudad de Gundiah, Australia. Aquel día, Amy Rylance y su esposo se encontraban en la casa de Petra, una amiga del matrimonio. Cuando todos dormían, Petra despertó en medio de la noche a causa de un ruido. Salió de su habitación hacia la sala y descubrió a Amy siendo levitada por un rayo de luz que atravesaba la ventana.

Según testimonio de Petra, esta luz era originada por una nave espacial. Rápidamente, la mujer corrió a despertar al esposo de su amiga, pero cuando volvieron ya no había rastros de la nave ni de Amy. Las cortinas lucían rotas y los arbustos del jardín estaban quemados. La policía tampoco pudo hacer mucho para resolver la desaparición de la muchacha.

Hora y media después, el esposo de Amy recibió la llamada de una mujer desde la ciudad de Mackay, ubicada a ocho horas de viaje de Gundiah. Esta mujer le comentó al esposo que Amy se hallaba internada en un hospital, aturdida y deshidratada. Nadie pudo explicarse cómo fue posible recorrer tal distancia en tan corto tiempo.

Cuando la encontraron, Amy no presentaba heridas, solo unas marcas rojas en muslos y talones. Su cabello, además, estaba muy crecido, como si hubiera estado ausente un largo tiempo. Ella relató recordar vagamente que se hallaba acostada en una cama rodeada de figuras esbeltas que la tranquilizaban mientras tomaban muestras de su cuerpo.

Travis Walton

En noviembre de 1975, seis trabajadores forestales en Arizona informaron haber visto a su compañero Travis Walton levitar sobre los arboles a través de un rayo de luz que emanaba de un OVNI. Estos hombres eran los principales sospechosos de la desaparición de Walton, pues la policía manejaba la hipótesis de que había sido asesinado por sus colegas, quienes habrían ocultado luego el cuerpo.

Cinco días después, Walton reapareció asegurando que había sido secuestrado por extraterrestres, incluso recordaba haber estado sobre una mesa, rodeado de pequeños hombrecillos que vestían de naranja, de grandes cabezas sin pelo y con ojos marrones muy grandes y brillantes.

Pero Walton fue más allá al contar que una vez que logró escapar de los alienígenas fue capturado por humanos vestidos de azul, quienes le lanzaron un gas para hacerle perder el conocimiento. Luego de eso solo recuerda haber despertado tembloroso y confuso en una carretera de Arizona.