Los biocombustibles y la perspectiva de su futuro

La necesidad de producir combustibles menos dañinos, ha llevado a la industria mundial a explorar y explotar materia orgánica. Es una buena iniciativa, pero los efectos en otras áreas amenazan con convertirse en un mal mayor. De ahí el presente reto tecnológico.

Producción de maíz, cultivo usado en la producción de biocombustibles

Por biocombustible se entiende aquellos combustibles de origen biológico, que se obtienen de restos o desechos orgánicos, por lo cual entran en la categoría de renovables. Tienen la particularidad de reducir el volumen de dióxido de carbono presente en la atmósfera.

El interés en su uso se ha incrementado en la medida en que los gobiernos buscan disminuir e inclusive eliminar la dependencia de los combustibles fósiles, para garantiza a futuro, mayor seguridad energética, a la vez que se beneficia el ambiente.

Proporciones controladas

Para su uso en medios de trasporte, los biocombustibles se mezclan con combustibles convencionales en pequeñas cantidades que oscilan entre un 5 y 10%, las cuales son reguladas y supervisadas por organismos encargados de velar por la salud ambiental. En muchos países de Europa y en Estados Unidos rige una ley que determina los niveles de mezcla y exige que se cumplan. Dicha ley se ha convertido en modelo a copiar en otros regiones que apuestan igualmente a que los biocombustibles reduzcan los gases contaminantes y por ende, el efecto invernadero.

Tipos de biocombustibles

Según la combinación que se haga, resultan varios tipos de biocombustibles.

  1. Biodiesel

    Es el resultado de combinar biocombustibles con aceites vegetales de soja, palma, girasol, colza o canola, que en muchos casos se cultivan exclusivamente para estos fines. Se emplea en motores de maquinarias y transporte pesado en sustitución del diesel. Los principales países productores de biodiesel son:

    • Alemania, 63%
    • Francia, 17%
    • Estados Unidos, 10%
    • Italia, 7%
    • Austria, 3%
  2. Bioetanol

    Denominado también etanol de biomasa, es un alcohol que se obtiene por fermentación de productos azucarados como remolacha, caña de azúcar o sorgo, o también de trigo, cebada y maíz. El resultado final puede sustituir los combustibles altamente contaminantes tal es el caso de la gasolina o nafta. Los principales países productores de bioetanol son:

    • Brasil, 45%
    • Estados Unidos, 44%
    • China, 6%
    • Unión Europea, 3%
    • India, 1%
    • Otros 1%
  3. Biogas

    Se obtiene a partir de la degradación de desechos orgánicos por efecto de microorganismos que proliferan por falta de oxígeno (ambiente anaeróbico). Este sistema es útil para el tratamiento de residuos biodegradables, dado que produce combustible que empleado en turbinas plantas generadoras produce energía eléctrica. También se emplea en estufas, hornos, calderas y secadoras, y en la agroindustria, como abono orgánico.

Panorama de producción actual

Según el Fondo de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés), y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), los países con mejores condiciones para producir biocombustibles son: Brasil, Argentina, Perú, Colombia, Bolivia, Uruguay y Paraguay. Los países centroamericanos tienen menos posibilidades de producción, pues basan su dieta en el maíz y en la región caribeña no hay suficientes tierras disponibles para los cultivos de la materia prima.

No tan verde

Sin embargo, una de las consecuencias que genera la producción de biocombustibles es la alteración que sufren los ecosistemas intervenidos para imponer cultivos que satisfagan las demandas energéticas, en detrimento de la biodiversidad por aumento de monocultivos.

Estas alteraciones afectan en igual o mayor medida a las especies, por lo que muchas organizaciones ecologistas internacionales y de localidades afectadas, esperan una revisión y la propuesta de alternativas tendientes a disminuir y posteriormente eliminar o sustituir estas prácticas por otras más amigables con el ambiente y la vida en general.

¿Producción energética o alimentaria?

Los detractores del empleo de biocombustibles alegan también, que se está planteando un serio conflicto de intereses por la explotación de las tierras para cultivos de cereales y oleaginosas, que en la actualidad se destinan a satisfacer la demanda de alimentos, en contraposición al aumento de la demanda de cultivos para producir biodiesel. Otro factor en contra de esta alternativa energética, es el hecho de que la energía fósil empleada para poner a funcionar estos cultivos supera el producto energético que se pretende obtener.

Es decir, el biodiesel no satisface la demanda de consumo de energía, sin afectar seriamente la producción de alimentos, y el primero de esos efectos negativos se evidencia en la carestía de productos para el consumo humano. El conflicto es obviamente de carácter tanto económico como ético, al sopesar en la balanza, los beneficios de suministrar energía en países desarrollados o en vías de desarrollo por un lado, y por otro, la necesidad y obligación de alimentar a los habitantes de las regiones menos favorecidas del planeta.

Avances y buenas noticias

Investigadores de varias universidades están trabajando en un nuevo tipo de biocombustible que no afectaría la producción de alimentos, pues se obtendrá a partir desechos de la agroindustria y de la industria maderera, es decir, de biomasa como paja de cereal, aserrín, residuos sólidos e incluso tallos de plantas como el maíz, en sustitución de los productos de consumo humanos que se usan en la actualidad. Si bien, falta mucho para su producción a gran escala, al menos se vislumbra como una alternativa de equilibrio para el funcionamiento y desarrollo tanto de la industria y el transporte como de la biodiversidad y la vida en todas sus formas.


Fuentes