Productos naturales: Mitos y verdades

Productos naturales

La definición de producto natural entiende, en forma intrínseca, que hay productos que son lo contrario: antinaturales o artificiales. Existe una disyuntiva al respecto, pues, ¿cuál es la línea divisoria entre lo natural y artificial? Dado que hasta el aparato tecnológico más sofisticado está hecho a partir de materias primas que se encuentran en nuestro planeta, la delimitación viene de la mano, entonces, del grado de manipulación y transformación que sufre la materia prima hasta llegar a convertirse en producto.

Estamos transitando un período de cambio de paradigma en el cual, la frase "producto natural" es sinónima de "producto bueno". El problema está en que se ha tergiversado el significado y muchos productos que se publicitan como naturales no lo son, o no merecen la fama que ostentan. Por otra parte y a modo de ejemplo, nada más natural que la grasa animal y esta no es buena.

Los transgénicos: Todavía no se sabe.

No se sabe a ciencia cierta cual es el peligro de consumir los llamados alimentos transgénicos. La genética evoluciona y por suerte ha sido así siempre; el ser humano siempre manipuló la genética de animales y vegetales a fin de lograr ciertas características deseables. Así se ha manipulado la genética de las razas de perros, las gallinas, las vacas, los guisantes, el maíz, el trigo y cuanto ser vivo se haya criado o cultivado mediante la selección de la reproducción.

Los alimentos transgénicos provienen de una modificación más intencional y directa sobre el ADN de plantas y animales y, en el proceso, se utiliza mucha tecnología. Dada la mala fama que tiene, sobre todo, el maíz transgénico en la población general, ha quedado la idea previa de que los alimentos transgénicos "tienen genes" y por eso son malos.

Todavía falta investigación para saber si los alimentos producto de una modificación genética pueden causar nuevas alergias alimentarias en tanto muchos problemas ligados al cultivo de semillas transgénicas pasan por el cuidado del medio ambiente e intereses económicos implicados.

Píldoras de naturaleza: Un timo.

Ha proliferado la industria de píldoras, comprimidos, polvos y cápsulas que contienen los beneficios de la naturaleza concentrada. Extracto de Aloe Vera, alcaucil en polvo, concentrado de vitamina C, L carnitina, creatina, cartílago de tiburón y hasta ATP se consiguen comprar envasados en verdes y llamativos envases que prometen el oro y el moro al mejor estilo de los viejos tónicos para la calvicie.

Consumiendo una dieta normal y equilibrada no es necesario consumir vitaminas, minerales y otros nutrientes porque la mejor manera de obtenerlos es a partir de la alimentación.

No tiene nada de natural el método de extraer una vitamina de su fuente original. Los procesos de extracción son varios e pueden implicar la disolución de la vitamina, la evaporación del solvente, la cristalización, el secado, el prensado, la destilación para purificar, etc.

La huerta orgánica: Prometedora.

El cultivo orgánico debe cumplir ciertos requisitos para evitar el uso de fertilizantes, herbicidas y pesticidas que puedan retenerse en la piel del vegetal o, incluso, penetrarla. Los vegetales orgánicos son realmente mejores que los vegetales de producción estándar.

Quizá faltaría regularizar otros factores que pueden contaminar las verduras y frutas que tienen que ver con la cosecha, el transporte y el envasado.

La margarina y la manteca.

Al hacer pasar una corriente de hidrógeno por aceite vegetal comestible se forma margarina, una grasa saturada o semisaturada artificial, de origen vegetal. Décadas de intensos esfuerzos publicitarios convencieron a la gente de que el shortening es más liviano, saludable y digestivo que la manteca porque es vegetal.

En el proceso de hidrogenación de un aceite se forman un tipo de grasas que, está demostrado, su consumo se relaciona directamente con un aumento del depósito de lípidos en los vasos sanguíneos. Las grasas trans: formadas en el proceso de hidrogenar un aceite vegetal en forma parcial. Finalmente, puede decirse que la manteca es más saludable que la margarina aunque ambas poseen grasas saturadas.