Resiliencia: Claves para sobrevivir a la adversidad

La resiliencia es la capacidad del ser humano para sobreponerse a situaciones verdaderamente difíciles en la vida.

Claves para sobrevivir a la adversidad

La cualidad de la resiliencia es aquella que aparece justo cuando atravesamos el peor momento de nuestras vidas y es la capacidad regenerativa innata en todos los seres humanos. Incluso las personas que se autodefinen como débiles o aquellos que se sienten limitados pueden resurgir.

El término “resiliencia” proviene de “resiliere” que significa rebotar o tomar impulso; y es justamente eso, una oportunidad que nos da la vida para salir de nuevo a flote, para renacer como un ser nuevo.

Fases de los momentos de desafíos

La resiliencia suele ser consecuencia de lo que vivimos como un duelo, una pérdida en algún aspecto de la vida, y sabemos que existen problemas de distinto tipo y muchos de ellos son solucionables; lo que significa que entonces pierden su carácter de problema porque somos capaces de hacer algo para solucionarlos. Es importante tener en cuenta que no todo se trata de una crisis desafiante en extremo si, en mayor o menor medida, se puede resolver. Si se ve de un modo frío, nos daremos cuenta de que, efectivamente, son situaciones que pueden resolverse.

Situaciones extremas y momentos límite son cosas distintas, porque cuando hay situaciones que escapan de nuestro dominio, nos encontramos ante el enorme desafío de transformar lo único posible: nosotros mismos.

Hay una frase que ejemplifica con contundencia el poder de la actitud que tenemos los seres humanos, pertenece a Viktor Frankl, neurólogo, psiquiatra y filósofo austríaco que estuvo preso en los campos de concentración y creó la logoterapia, una corriente psicológica, es también autor del libro: “El hombre en busca de sentido”:

“Cuando ya no tenemos posibilidad de cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”.

Puestos en la situación, así hayas pensado que no serías capaz de atravesar los desafíos verdaderamente contundentes, sacas fuerzas de no sabes dónde y cuando menos lo esperes ya estás reconstruyéndote de a pocos. Esa fuerza es la que llamamos resiliencia.

Claves para salir fortalecidos de la adversidad

Pero la resiliencia descansa sobre la base de algunas ideas prácticas que nos ayudan a fortalecernos incluso en las experiencias más adversas. Cabe destacar que cada quien deberá validar estas experiencias por sí mismo.

1Reconocer lo que me pasa

Es un paso importante tomar conciencia de lo que se está viviendo en toda su dimensión, por difícil que sea. Así como las emociones y los sentimientos que se generan en la mente subconsciente, es la mente consciente la que hace este proceso de reconocimiento, de las ideas y los pensamientos. De la vibración de esos pensamientos dependerá el resultado final. Al principio estará teñido del matiz de la emisión dominante, pero luego irá abriendo paso a mayor claridad y consciencia con ideas y alternativas.

2Asimiliar

Este paso es fundamental, porque como se trata de un proceso, no es posible resolverlo en forma instantánea, ni siquiera saltarse pasos. La asimilación se irá presentando de a pocos. El cerebro buscará lo “similar” en las experiencias vividas anteriormente para ayudarte a “asimilar” la nueva situación que estás atravesando. Si le das la indicación adecuada a tu mente subconsciente, te irá trayendo respuestas apropiadas para tu crecimiento y aprendizaje de este momento que vives. Es posible que la asimilación comience como un diálogo interno, luego se exteriorizará en charlas, en escribir o en mensajes con otras personas, ya desde ahí es progresiva la posibilidad de reconstruirse como un ser nuevo.

3Aceptación versus sufrimiento

La aceptación aparece cuando sabemos que no podemos cambiar ciertas cosas y que nuestra influencia sobre ellas es nula. Entonces solo quedan dos caminos: darse por vencido o afrontarlo. Si eliges lo último, acepta todo, porque todo lo que no aceptas se traduce en sufrimiento. Siempre se tratará de tu elección; incluso no elegir o dejar que otros elijan por ti, es una elección. Aquí es donde aparece el factor responsabilidad. Nadie los hará por ti, así como nadie puede sentir lo que estás sintiendo. La responsabilidad personal sobre tu vida se asume al 100% o nada.

4Red de contención

En circunstancias muy difíciles, la resiliencia se ve apoyada por algunos factores externos, como contar con un pequeño equipo de salvataje que estarán dispuestos a escucharte o acompañarte en silencio. Estas personas especiales para ti, necesitan saber del momento que estas atravesando y sería recomendable que se abstengan de dar consejos, salvo que tú se los pidas.

5Mantener la rutina que puedas

Luego de atravesar las fases anteriores, lo conveniente sería que incorpores una rutina que vuelva a conectarte con tus pasiones y anhelos. Por pequeños que sean estos pasos, ese objetivo te irá devolviendo el entusiasmo perdido. Ello ocurrirá de manera paulatina. La lectura, puede ser una actividad recomendable. No te esfuerces, cada pequeño paso es importante porque indica que estás avanzando: desde levantarte de la cama y bañarte, hasta oír música, todo cuenta.

6Plantéate una meta

Piensa “¿Qué puedo hacer con todo lo que tengo ahora?”. Reconócete en tu fortaleza interna, así como en la debilidad que te llevó al punto crítico en el que te encuentras. Es recomendable evaluar algunas alternativas y elegir alguna meta por pequeña que sea para que puedas trabajar en ella a tu ritmo. Tomar un curso online sobre algún tema de tu interés, por ejemplo, sería una buena alternativa.

7Accionar

Por último, debes darle lo más fuerte que puedas a los pasos que aquí se han mencionado, sobre todo, del cuarto hacia adelante. Mantener tu mente ocupada en la solución del problema, y no tanto en el problema, te dará energía suficiente para comenzar a actuar de otra manera. El accionar también es un proceso gradual, de menor a mayor, hasta que llegue el día en que sientas que ya lo has superado del todo y ni sabrás cómo lo hiciste. Em el camino quedará el sufrimiento, el miedo, el desconcierto, la tristeza y todas las emociones que atravesaste. De esta manera, volverás a nacer; un renacer resiliente que te dejará preparado para la siguiente experiencia que te brinde la vida.