Hombres: Problemas a la hora de conquistar

La conquista de una mujeres us una tarea que muchas veces parece ser sencilla para algunos, pero que en realidad esconde muchos detalles

Errores de los hombres

Los hombres suelen cometer una serie de errores al intentar conquistar una mujer. Si bien las formas de ser y los tipos de personalidad son diversas en la sociedad, puede llegar a ocurrir que se enamoren o crucen los más impensados sujetos, los que tendrán formas de ser distintas que darán sabor y suspenso al arte de conquistar para un hombre.

En estos temas las generalizaciones hay que tomarlas con cuidado y nunca al pie de la letra. De todas formas se pueden esbozar una serie de errores que se cometen en las conquistas por una gran cantidad de sujetos que juran hacen las cosas de la mejor forma.

Los errores en la conquista devienen de ideologías o supuestos machistas en general, y de conceptos imaginarios que son resultado de la subjetividad social. Los conceptos creados o condicionados por la vida en sociedad son conocidos comunmente como "medios de comunicación", pues se encargan principalmente de satisfacer el deseo de muchos y alimentar también el ego de otros.

Uno de los errores más comunes cometidos por hombres en la conquista tiene que ver con la falta de sutileza. Muchas mujeres se quejan de la falta de delicadeza en el hombre. La mujer en general prefiere dar vueltas y no “ir al grano” rápidamente, motivo por el que además, es importante tener precaución en la forma de dirigirse a ellas. Gritarle una grosería a una señorita es algo bastante común de ver, pero que obviamente no tiene ningún resultado más allá que un rechazo de quien fue objeto del poco sutíl "piropo".

Listado de cosas que no se deben olvidar antes de conquistar

  • Pensar que con una cara bonita se puede lograr todo es una falla grave en la estrategia de conquista. Si bien puedes llamar la atención o gustarle a alguien en una primera impresión el apartado físico, aún falta completar la conquista, y para ello se necesita de un complemento que obligará al conquistador a desnudar su forma de ser.
  • Las circunstancias pueden variar, así como las intenciones, pero es preciso comprender que siempre es un error mentir y aparentar lo que no se es o no se tiene.
  • Aparentar frente a los amigos o cambiar la forma de ser al estar rodeado de amigos es un error común y garrafal, quizás tan grave como para perder todo lo avanzado, pues en este plano las mujeres son quisquillosas y conviene no perturbarlas con cuestiones que no merecen la pena discutir.

El tema de las conquistas, y la seducción como elemento implícito en la actividad mencionada, son complejas de esquematizar pues los seres humanos poseemos una naturaleza compleja, y dependiendo de factores impensados muchas veces, las posibles reacciones son simplemente infinitas. Una fórmula de seducción no sería otra cosa más que una guía de "tips" que se pueden seguir para obtener el fin propuesto... aunque en la práctica podría ser un listado de las cosas que "no hay que hacer".

Sea cual sea la intención al emprender una conquista, siempre hay que tener en cuenta que los consejos no serán nada más que opiniones de terceros, las cuales jamás asegurarán un éxito en la tarea emprendida. De cualquier manera, el horizonte de todo hombre al conquistar debe ser el de ser sincero con el otro, ya que aunque muchos lo desestimen, la sinceridad es uno de los valores más requeridos por el sexo opuesto, sobre todo cuando se nota que muchos buscan la fórmula perfecta para tener una mujer tras otra... cosa que simplemente no existe.

Si eres alguien que no logra tener esta actitud ante el sexo opuesto, tal vez sea algo que está funcionando mal contigo, es posible que necesites conocerte más antes de querer conquistar, para lo que podría ser bueno el considerar ayuda de un profesional. Sólo cuando sepas quién eres en realidad, podrás tener una relación madura que se base en los valores de toda conquista.

Existen quienes se autoproclaman "expertos" o especialistas en el "cómo" conquistar a una mujer, pero que -permítanme decirles- al final de cuentas no son más que charlatanes. Nadie posee una "fórmula mágica" ni lo sabe todo. La subjetividad humana puede deparar las más impensadas reacciones y comportamientos.