Prendas inteligentes, la nueva forma tecnológica de vestir

La ciencia siempre ha interactuado con otras disciplinas del quehacer humano, ahora le toca el turno al diseño textil

Ropa tecnológica
Ropa tecnológica

De proteger contra las inclemencias del tiempo y del medio ambiente, la ropa y el calzado pasaron a desempeñar otras funciones a lo largo de la historia, hasta llegar al momento en el cual, la vestimenta comenzó a cumplir tanto los fines originales, como los de reflejar la personalidad y posición social de quien la portaba, hasta el presente, donde entran en juego otros factores. Es así que todos estos propósitos recaen directamente sobre principios estéticos y funcionales, con los cuales los diseñadores trabajan para crear lo que se conoce como moda.

Hasta allí todo es sencillo, aunque el desarrollo de esta próspera industria, ha sido un camino lleno de variaciones y propuestas diversas, según la cultura y los medios de producción. Pero básicamente, los planteamientos se mantiene: vestir con comodidad y elegancia, vestir de acuerdo al gusto particular o simplemente abrigarse. La ropa continúa cumpliendo sus funciones primordiales.

Más que un nuevo estilo de moda

Sin embargo, cuando se pensaba que la evolución continuaría apuntando a la estética y a la funcionalidad, surge un concepto nuevo, de posibilidades apenas consideradas en toda su extensión: las prendas inteligentes.

Monitorean la presión y el consumo de sal, se conectan al iPod, recargan baterías y alivian el estrés. Así son estas maravillas textiles, que por si fuera poco, ofrecen diseños ajustados a las últimas tendencias de la moda.

¿Sus creadores? los investigadores del Instituto de Tecnológica de Massachusetts, (MIN por sus siglas en inglés), quienes lanzaron los primeros diseños al mercado 1997, y continúan innovando con tejidos y aplicaciones. Y aun cuando la gente del MIN es la pionera, han surgido otras instancias de investigación, esparcidas por varios países, que compiten para crear prendas con las más variadas funciones.

Una combinación maravillosa

Esta modalidad de prendas logra una fusión entre el diseño y confección de tejidos, con microelectrónica o nanotecnología, creando sensores para diversas funciones, de manera tan natural y segura, que la ropa se puede lavar igual que una prenda convencional. Pero este es sólo el punto de partida; actualmente se trabaja con una serie de micro-productos que ofrecen ropa con utilísimas funciones, como extraer la humedad de la transpiración, y mantener una temperatura corporal estable en climas fríos.

En los últimos años, empresas, universidades y profesionales del diseño y la confección, han convertido sus centros de trabajo, en espacios dedicados a la investigación y diseño de ropa inteligente. Estos son algunos ejemplos notables del camino recorrido:

  • Prendas con micro-cápsulas de aromaterapia
  • Tejidos crómicos, que cambian según la luz y la humedad
  • Hilos de conductividad para recargar el teléfono, la cámara, la palm y el iPod
  • Prendas femeninas con micro-cápsulas de antiestáticos, para evitar cargarse de energía electroestática causante de alteraciones o estrés
  • Camisetas coquetamente ajustadas, que monitorean funciones vitales y envían la información a través de fibra óptica a un ordenador, con propósitos médicos o deportivos
  • Camiseta con conexión inalámbrica al móvil, que con un simple mensaje de texto, entra en conexión con la comunidad de usuarios de la prenda
  • Capucha aislante del sonido
  • Telas que cambian de textura según los niveles de humedad

El límite es la imaginación

Todas estas aplicaciones parecen cosas comunes y cotidianas en comparación a los avances en los cuales trabajan los diseñadores del MIN: el electro-hilado como punto de partida, para la fabricación de membranas adaptables por completo al rostro y al cuerpo, sin costuras y diseñadas para la protección absoluta contra toda clase de sustancias y elementos tóxicos, o los trajes de fibra óptica que permiten el camuflaje con el entorno.

Otra aplicación asombrosa es la que emplea prendas con cámaras, micrófonos, GPS y demás dispositivos electrónicos incorporados, para producir información en tiempo real sobre el entorno físico y virtual de la persona que las está usando. La prenda entonces conoce literalmente a su dueño y reacciona según sus necesidades, sirviendo así como una extensión de su memoria.

Cuestión de tiempo

Cuando en 1935, la empresa estadounidense DuPont lanzó al mercado la primera fibra de nylon, la gente no salía de su asombro ante tal versatilidad. ¿Los costos? Extravagantes. Las prendas inteligentes llegaron para quedarse, su producción a gran escala irá reduciendo los precios, hasta hacerlos accesibles a los consumidores promedio. Como toda innovación, es sólo cuestión de tiempo.