Nunca la humanidad se exigió tanto a sí misma en cuanto a conducta y conciencia que como ahora. El planeta sufre, mientras los poderosos parecen no formar parte del consciente colectivo humano necesario para salvarlo.
En los Estados Unidos, los inmigrantes mueven el país al mismo tiempo que son discriminados y caminan como fantasmas por las calles sintiéndose sin derechos porque la inmigración es la forma evolucionada de la esclavitud.