Para ser feliz, hay que ser generoso

Estudio psicológico demuestra que el camino a la felicidad, va de la mano con el de la generosidad.

Para ser feliz, hay que ser generoso

Quizás darse un gusto, comer nuestro plato favorito, pasar tiempo con los amigos o yendo de compras nos haga sentir felices; pero un reciente estudio publicado en la revista Emotion, nos dice que estos “actos” sólo pueden subirnos el ánimo, más no ser felices, en cambio la generosidad si puede llenarnos de felicidad.

Es mejor pensar en los demás, la felicidad no está en el egoísmo

La psicóloga Katherine Nelson de la Universidad del Sur de Sewanee, y principal gestora de este estudio nos dice:

"Cuando sólo nos ocupamos de nosotros, no constatamos ninguna mejora de las emociones".

Estudio revela que la felicidad está ligada a la generosidad

En este estudio participaron 473 voluntarios, los que dividieron en 4 grupos, que tenían que cumplir una serie de tareas en 6 semanas. El primer grupo tenía que mejorar el mundo, es decir hacer cosas que hagan de este mundo mejor como recoger la basura por ejemplo; mientras que el segundo grupo debía ser atento con las demás personas; el tercer grupo tenía que darse un capricho; y el cuarto grupo debía seguir su vida con normalidad sin ninguna tarea en específico.

Cabe destacar que todos los participantes llenaron un formulario detallado en donde explicaban sus emociones positivas y negativas; además de su bienestar psicológico, afectivo y social.

Los mitos de la felicidad

Los resultados de este estudio fueron reveladores, las personas que habían sido del grupo que tenía que ser atentos con los demás, demostraron una mejora sustancial en su ánimo, que los que se habían centrado en un comportamiento neutral o centrado en sí mismos.

"Hacer algo por los demás permite sentir más emociones positivas, como alegría, satisfacción y amor. La gente, al mostrarse atenta con los demás, suele sentirse mejor mentalmente. Por eso cultivamos las relaciones sociales o nos sentimos valorados cuando realizamos una buena acción".

El doctor y profesor de Psicología de la Universidad de California, Dacher Keltner, quien no participó en este estudio, explica que la generosidad o el simple hecho de ser altruistas, activa la secreción de la hormona de la dopamina, también conocida como la “hormona de la felicidad”.

En resumen ayudar, ser generoso y ser atentos con los demás nos hace más felices que quizás un capricho o un acto egoísta.