Argentina y el alto índice de hackers

Argentina atacada por hackers

Sin duda es una de las noticias que llama bastante la atención. Una cosa es que haya un alto índice de “hackers” en una determinada localidad y otra muy distinta es que, efectivamente los dueños de los ordenadores, no se den cuenta que existe un intruso constante en su PC, por ello suenan las alarmas en la Argentina y se intenta dar control a lo que hasta la fecha los posiciona como el segundo país en Latinoamérica con mayor índice de hackers, después de Brasil.

Desde hace bastante tiempo se puede ver cómo el término “hacking” tiene significados distintos, sin embargo el que más es recordado por quienes habitualmente navegan en Internet es el de “pirata informático”, aquel que es capaz de introducirse en sistemas de seguridad complejos sin demasiados problemas, pudiendo desactivar las contramedidas interpuestas para intrusos, entre otras cosas.

Lo más curioso de todo es que en un comienzo se aludía al término “hacking” a pasar el rato en el ordenador, lo que después dio paso a una conducta positiva y negativa que caracteriza a aquellos que emplean sus conocimientos para flanquear brechas de seguridad problemáticas, quienes explotan las mismas brechas con beneficio propio o por pura curiosidad de ver si pueden o no superar la seguridad instalada.

En Argentina, lamentablemente, tiene lugar el mal concepto del término, por ello las autoridades se preocupan ante la eventual captura de claves de bancos, de productos informáticos (software), información confidencial y otra serie de datos que podrían dar lugar a la comisión de ilícitos de este estilo.

Por regla general, lo que se puede encontrar en la Argentina es una conducta que tiene por intención el ejercer el llamado “spam” por medio de terceros, es decir, enviar publicidad no solicitada en Internet a través de ordenadores o cuentas de personas que nada tienen que ver con la realización de este tipo de actividades.

Aproximadamente un 17% de los ordenadores de Argentina estaría siendo hackeada por estos expertos informáticos sin que los dueños puedan darse cuenta en ningún momento, por lo que hay que tomar cartas en el asunto lo antes posible.

Uno de los más clásicos ejemplos de cómo funciona este tipo de redes de hacking, es el llamado programa “Confiquer”, quien tenía a lo menos 5 millones de ordenadores infectados con un “bot” que se infiltraba por medio de un correo electrónico o cualquier otro medio de apariencia inofensiva, teniendo además la capacidad de infiltrarse sin ser detectado y sacando provecho por todo el tiempo en que el ordenador estuviera conectado a Internet, situación que afortunada y desafortunadamente es algo habitual hoy por hoy.

Habitualmente tocará a los usuarios estar siempre preocupados de no caer en engaños sencillos, pero efectivos, como por ejemplo el de bajar códigos extraños que permiten hacer modificaciones en el sistema, el de descargar nuevos antivirus desconocidos, bajar archivos ejecutables que ofrecen detectar nuevos virus y que sólo activan la expansión del que contienen dentro al ser ejecutado por el propio usuario.