La misteriosa desaparición de Agatha Christie

Son once días durante los cuales la escritora estuvo desparecida, once días que se borraron de su memoria.

Desaparición de Agatha Christie

La famosa escritora inglesa estuvo ligada siempre a un aura de misterio de la cual dotaba a sus grandes novelas policíacas y de crímenes sorprendentes que era capaz de imaginar. Por eso, cuando la autora prácticamente se esfumó, durante una etapa de depresión, muchos pensaron lo peor. Te presentamos un breve recuento de lo que ocurrió realmente detrás de la misteriosa desaparición de Agatha Christie.

Días previos a la desaparición

En abril de 1926, la vida de la autora dio un giro muy brusco: su madre, a quien la escritora había estado cuidando por varios años, falleció. Esta pérdida afectó mucho a Agatha, quien sufría ocasionalmente de los nervios, al punto de dejarla al borde de la depresión. Ese mismo año, el esposo de Agatha, Archibald Christie, le confiesa a su esposa su relación con otra mujer, una jugadora de golf llamada Nancy Neele. Los Christie habían estado casados desde 1914, pero después de 11 años de matrimonio, el final estaba muy cerca.

En la noche del 3 de diciembre de 1926, después de haber discutido largamente con su marido, donde él le había hecho explícito su deseo de divorciarse, Agatha decide salir. La escritora le deja una carta a su secretaria en donde le informa que iría a Yorkshire a dar un paseo y acto seguido se marcha en su vehículo, un Morris Cowley de diseño algo antiguo.

La desaparición

Más tarde, esa misma madrugada, el vehículo de la autora fue encontrado abierto y sin señales de quien lo manejaba, en la reserva natural de Newlands Corner, aproximadamente a 32 km y 40 minutos del destino original señalado en la carta. Dentro del automóvil solo se encontraron algunas prendas de ropa y una licencia de conducir vencida.

La desaparición de Agatha Christie produjo una conmoción a nivel nacional. El ministro del interior inglés, William Joyson-Hicks movilizó a más de mil policías. Los medios impresos también mostraron interés en la búsqueda: un periódico llegó a ofrecer una recompensa si alguien daba alguna noticia sobre el paradero de la novelista. Pero, aunque 15.000 voluntarios y varios aeroplanos fueron utilizados para peinar grandes zonas rurales, no se halló ningún rastro de Agatha.

Se dice que incluso Conan Doyle, al ver cómo los métodos convencionales se agotaban, probó suerte llevándole a una médium un guante de la autora, en un intento por que la psíquica diera con alguna pista que pudiera ser de utilidad. Aun así, durante los diez días siguientes fue como si Agatha se hubiera esfumado en el aire.

El hallazgo

Finalmente, el 14 de setiembre apareció una señal clara. Uno de los inquilinos del Hotel Spa Swan, ubicado en Harrogate, reconoció en otro huésped a la novelista buscada y retratada por los diarios. Agatha se había registrado en el local utilizando el nombre de Teresa Neele, apellido de la amante de su esposo. Lo más curioso es que cuando Archibald Christie llegó al hotel, su esposa no lo reconoció. La escritora había sufrido algún tipo de amnesia temporal que fue diagnosticada como “fuga psicogénica” por dos psiquiatras que la atendieron posteriormente.

La fuga psicogénica es un estado de pérdida de memoria que se manifiesta en el individuo en conjunto con disociaciones de la personalidad. Este padecimiento puede aparecer durante periodos de estrés o depresión profunda.

En aquel momento, la novelista alegó no recordar nada de lo que hacía en aquel hotel ni cómo había llegado hasta allí. El hecho de que Agatha Christie haya omitido en su biografía cualquier comentario en relación al episodio de los once días parece corroborar la hipótesis de un olvido genuino, causado por la acumulación de estrés, del que la autora estaba sufriendo por aquellos días.

El misterio de su desaparición se mantiene intacto, tanto como en las novelas que ella misma escribió.