Los inmigrantes a través del tiempo - II parte

La inmigración es tan vieja como nueva. Al parecer el espíritu migrante de los seres humanos es un espíritu que lo ha acompañado siempre. Antes nómades, ahora inmigrantes.

Primeros inmigrantes

Continuación de la primera parte de La historia del inmigrante.

Las causas religiosas no solo han promovido cambios demográficos relacionados a su fervor expansionista sino que también se refleja en los inmigrantes puritanos, desprendidos de la Reforma Religiosa de Lutero o Calvino y que, amenazados por la Contrarreforma y las revanchas de la Restauración, cruzaron el Atlántico, convirtiéndose en los fundadores de las 13 Colonias británicas de Norteamérica y lo que es hoy los EE.UU.

Estos modernos interpretadores de la Biblia ayudaron, más adelante, en las campañas independentistas de América y en la Ilustración acelerada por el uso de la imprenta de Johannes Gutenberg, que “los Protestantes” utilizaron para difundir la Biblia y la cultura más allá de los monasterios.

Puede entenderse entonces la evangelización como una forma especial de migración voluntaria que, en muchos casos, especialmente en las misiones jesuíticas en Sudamérica, fueron transportadores de cultura y defendieron los derechos de los naturales aun hasta ser expulsados de la región.

También la participación de representantes de logias masónicas fue decisiva en el asentamiento de naciones independientes en el continente. Estos principios están anunciados en su célebre trilema: “Libertad, Igualdad, Fraternidad”.

También, estas agrupaciones, promovieron y promueven los derechos del trabajador, la actividad de los gremios, la educación en participación política y las vías hacia la Democracia desde la opinión abierta.

En la ciudad de Bs.As. (Argentina) están los Hijos del Trabajo, logia de inmigrantes italianos donde se da instrucción, educación civil y orientación ética, en el barrio Barracas, donde el edificio y la acción social de la entidad tiene un valor histórico.

Muchos de estos movimientos patrióticos se vieron involucrados en el poder y las directrices económicas de los nacientes estados. De hecho, las sociedades secretas tuvieron una activa participación en las formas de crédito y finanzas en estas comarcas, las logias han comandado las políticas latinoamericanas y, al parecer, en gran medida están comprometidas en la realidad actual

La superpoblación tras la Revolución Industrial

Entre 1800 y 1930 la industrialización conduce a una explosión demográfica que se manifiesta como la segunda emigración europea hacia continentes principalmente vírgenes.

El éxodo de la gente del campo, cada vez más solo y tecnificado, a los centros urbanos, la ciudad industrial, produjo consecuencias demográficas importantes al incrementase la natalidad por la concentración de gente en torno a las fábricas.

En Europa se observa un crecimiento acelerado del número de habitantes en un ambiente caldeado por la deshumanización laboral. Se sienten vientos de guerra interna que amenaza la estabilidad social revolucionada por las frecuentes luchas entre patrones y obreros.

Los excesos de la superproducción “degeneraron” en un crecimiento desesperante de la pobreza en toda Europa; característica que siguió a la euforia de las dos revoluciones industriales. En estas circunstancias se incrementó ostensiblemente el tráfico de viajantes que buscaban oportunidades, preferentemente, en América y Australia, echándose a la mar, gran cantidad de latinos del mediterráneo, ingleses, alemanes, suecos, árabes, en fin…

La inmigración europea a nuestra América Latina no cesó por un siglo y medio representando una circunstancia social, cultural, política económica de gran envergadura. La indeleble huella de esta inmigración es parte esencial de nuestra herencia cultural, de nuestra identidad y del rejuvenecimiento de las ideas y de las prácticas sociales.

Así también lo es la incidencia latina en los EE.UU. y en Europa, en esta nueva etapa de los recorridos del ser sobre el ser, donde insólitas “contorsiones” del mismo sistema, permite la revancha “kharmática” donde los pueblos sometidos se vuelven imprescindibles e indómitos para la supervivencia de la especie.

La globalización: Causa de las migraciones actuales

Luego del 1945, al finalizar la Segunda Guerra Mundial la expansión del neoliberalismo y su llamada globalización ha dado paso a un movimiento migratorio contemporáneo desde los países de economías débiles hacia las potencias, tradicionalmente situadas en el Norte.

En las postrimerías de una Guerra Fría “amortiguada” con la caída del Telón de Acero, hay un efecto económico de “colonialismo disfrazado de coyuntura internacional” que produce la secularización social, el desempleo y la huida de la pobreza. Se trata del efecto inverso a movimientos anteriores: La emigración masiva de los países pobres hacia naciones de economías más fuertes como España, Italia, EE.UU, Canadá y Australia.

Procesos de inflación, deflación y devaluación, cuestiones que podrá profundizar nuestra especialista en estos temas macroeconómicos, Carolina Velazco, y que se observan como un efecto, pronosticado ya por las visión marxista, de la saturación del sistema capitalista, de su colapso inevitable por ser inherente al mismo sistema explotador.

Pero no caben dudas que los fenómenos migratorios del momento son una consecuencia del sistema económico mundial globalizador.

Ajenos a esta realidad, los países huéspedes, mayoritariamente beneficiados por la presencia del inmigrante, exageran los “daños colaterales”, utilizan la fuerza electoral de los inmigrantes asentados, crean leyes en franco atentado contra las constituciones y traicionan o postergan la palabra dada, cuestión que el pasado Domingo 21 de marzo movilizó a la enorme población de inmigrantes en los EE.UU.

Barak Obama, ha prometido una reforma y ahora reformula la propuesta con otro año de plazo, se estira su deuda con los inmigrantes en un abismo racial que ha separado a niños de sus padres y ha provocado miles de detenciones en un clima de intolerancia irascible y fascista.

Este mismo clima de intolerancia con el inmigrante se vivía en España durante la presidencia de José María Aznar cuando inmigrante y delincuente era casi un “sinónimo” en un contexto de competencia por el empleo y vergonzosa persecución a los “indocumentados”.

La inmigración es sutilmente llevada al ámbito de la seguridad nacional y es ahí donde estos “nacionalismos” tomas color racista y la discriminación negativa se convierte un círculo vicioso con no beneficia a ninguna de las partes, si es que de partes se tratara. Pero lo cierto es que no las hay, no hay ni se justifica una defensa de las raíces anglosajonas en un contexto de sincretismos indisociables.

Hoy EE.UU., así como Europa, no es un conjunto aparte de Latinoamérica, las calles de New York, los edificios de Madrid, los restaurantes de Barcelona, las empresas de Washington son ya parte de todos nosotros. Ha habido manos y mentes latinas ahí desde hace décadas. Hay sangre latina entre los norteamericanos, así lo ha querido su estilo de vida cosmopolita y liberal y ya, es demasiado tarde para entrar a separar los huevos de la tortilla.

Amputar el spanglish, separar los latinismos, dividir sus economías, sus influencias recíprocas, eludir los compromisos democráticos, obviar la superioridad del blanco, anglo sajón y protestante, puede constituir el más grave error del poder empresarial en su historia. No olvide, esta aristocracia que al fin y al cabo no tiene, en su poder, más que papeles, porque la tierra y los recursos ahí están, en plena producción, en manos de la gente obrera y al alcance de una población que puede reclamarlos con razón en un momento de crisis extrema.

La dimensión humana y la discriminación racial del inmigrante

Un inmigrante, por lo general, debe sufrir el traumático trance del desarraigo. Sin duda no sale del paraíso, porque ha debido exponerse a la aventura, “espoleado” por la necesidad, por lo que un inmigrante es muchas veces un ser desprotegido desde el principio o vulnerado sorpresivamente por las crueldades del sistema.

Pero no podemos desconocer que la situación que lo hace salir de su cuna, es consecuencia de una realidad internacional forjada desde los intereses capitalistas. Los ganadores de este juego están ciertamente vinculados a las desgracias de los que van perdiendo.

Además el joven que toma un avión lleva la cabeza llena de sueños. Le han hablado del nivel de vida de EE.UU., de los sueldos en dólares o de España, en la UE, de las ganancias en euros, van en un crucero hacia el desengaño. Es la realidad que espera siempre dispuesta a morder a los incautos que han alimentado sus expectativas en las pantallas de TV, en lo que muestran las películas.

“Después de mi experiencia personal como expatriado he pensado muchas veces que los inmigrantes progresan en el exterior no porque les sea esencialmente propicio sino porque al no tener amigos, no tener familia, no saber donde divertirse, estar continuamente “en el aire”, dando gracias a Dios por tener un trabajo todavía a “escondidas”, pues no le queda otra opción que trabajar quince horas por día y soñar que va a descansar alguna vez”

La erradicación de su clima, el corte con su mundo y sus hábitos, la exposición de su mente “regionalizada” en su experiencia personal, a otro ambiente, sin el amparo de los seres queridos, sin las leyes que en su tierra lo protegían y, en muchas ocasiones, perseguido por las autoridades, explotado por los empleadores y segregado por la sociedad, así viven los indocumentados las presiones necesarias para explotar contra el sistema y dejar su nota de justificación al tema conveniente de la seguridad; “el inmigrante y la violencia, el inmigrante y la delincuencia”.

El estrés sumado a la tensión de la persecución, los atropellos ya hasta legalizados contra los derechos del básicos del ser humano, la explotación laboral y el racismo popular “fermentado” en el aire vivencial de cada día, hace difícil la vida de los inmigrantes que no merecen tales abusos.

Más bien al contrario no han hecho sino fortalecer la economía de los países huéspedes, proporcionando además de la prometedora interacción de sus riquísimos genes, sus vastos conocimientos artísticos, místicos, filosóficos y culturales y la promesa de una integración de toda América desde el Sur.