Comportamiento predictivo de clientes

La investigación sobre el comportamiento predictivo de clientes ha cambiado, del análisis puro y duro al descubrimiento en que las personas se conectan entre sí.

Comportamiento predictivo

Desde que los negocios son negocios y los emprendimientos tan codiciados por quienes no tienen la chispa necesaria para crear una iniciativa por sí solos, que la información tiene un valor incalculable, ya que a través de ellos se obtienen patrones importantísimos de comportamiento. En la actualidad, cuando surgen tecnologías sociales como Facebook, donde se sirve a la comunidad toda facilitando el acceso a las comunicaciones y a la vez se crea una nueva plataforma comercial con acceso a datos de forma sencilla, se vuelve más importante el tema de los datos personales.

Para una empresa no resulta difícil obtener datos personales o de comportamiento de los consumidores a los que le interesa llegar, un ejemplo de ello es lo que ocurre con la comentada red social de Mark Zuckerberg, la cual tiene como único escollo para suministrar información de primera clase sobre los usuarios a las empresas la llamada “confidencialidad” a la que está sujeta por normativas internacionales. No obstante lo anterior, una publicación hecha en la prestigiosa “Harvard Business Review” nos hace pensar en la real preponderancia de los datos que recolectamos para el fin propuesto.

El volumen de información que hoy puede conseguirse es inmenso, miles de millones de datos publicados en redes sociales, buscadores, datos telefónicos, sistemas de geolocalización, entre otros, pero ¿Qué hacemos con todo eso? ¿Sirven realmente? Cualquier información que obtengamos será un medio para un fin, nada más, y eso tenemos que tenerlo presente a la hora de contentarnos por los datos conseguidos. La meta que debemos proponernos es la de obtener “comportamientos” y no creencias o costumbres.

El punto interesante sobre el que deseamos hacer hincapié está en que, no nos importa como quieren ser las personas, sino lo que realmente son y hacen. Gracias a los avances tecnológicos existentes, el procesamiento de lo billones de datos recolectados permiten predecir científicamente si somos del tipo de personas que paga sus préstamos a tiempo, si somos líderes e incluso la tendencia a sufrir de diabetes.

Actualmente el nivel de predicción de los comportamientos es tan avanzado, que es posible hacer todo lo anterior y mucho más con los datos disponibles de las personas. Lo anterior gracias a dos factores, primero el hecho de que los comportamientos están determinados por el contexto social en el que estamos, y segundo, los comportamientos de una persona son más predecibles de lo que muchos imaginan.

La búsqueda de información actualmente se centra en encontrar conexiones entre la conducta de las personas y los resultados obtenidos, de esta forma llegamos a predecir acontecimientos. Un ejemplo de esto es, si estudiamos los sistemas financieros notaremos como ciertos comportamientos provocan burbujas financieras con total claridad.

La realidad de los comportamientos predictivos a la fecha

Hasta ahora, los investigadores de comportamientos predictivos han tratado de observar cómo se dan situaciones como las burbujas financieras a través de lo que se conoce como “Ciencia de la Complejidad” o “Ciencia Web”. El problema de estas investigaciones en torno a los “datos recolectados” es que, dentro de la ecuación investigativa de los comportamientos, dejamos a un lado al sujeto principal – personas – por lo que es preciso volver a la fuente.

Lo mejor que puede hacerse para entender los comportamientos es indagar en la forma en que las personas se conectan entre sí, cómo crean un mercado financiero, cómo actúan como gobierno, empresa o en general, dentro de cualquier estructura social.

La importancia en el cambio de la búsqueda respecto de los comportamientos predictivos ha propiciado la creación del Centro para la Ciencia de las conexiones y la Ingeniería en el MIT (Massachusetts of Technology por sus siglas en inglés). Recién ahora se está empezando a entender que todos los sistemas logísticos fracasan al no conocer la forma en que la gente se conecta. No hay que olvidar que, descubrir comportamientos no trata solamente de algoritmos, sino de personas + algoritmos.