En la mayoría no produce síntomas lo cual complica el diagnóstico, tratamiento y favorece la propagación con importantes riesgos para la salud como la infertilidad, tanto en hombres como mujeres.
La criptorquidia o testículo no descendido es una afección congénita bastante frecuente y si bien en general se resuelve espontáneamente, existen casos en los que es necesaria una intervención quirúrgica de relocalización para prevenir el riesgo de cáncer de testículo y esterilidad que es mayor entre esta población.
El sexo no siempre resulta placentero, existen posiciones sexuales que pueden favorecer lesiones del pene como por ejemplo la fractura, algo poco común pero que puede suceder, especialmente, si se practican posturas sexuales como la vaquerita, perrito o misionero.
La balanitis es la inflamación del glande y causa dolor y rojez en el glande y prepucio. Es una afección frecuente y las causas pueden ser diversas: Mala higiene, uso de agentes irritantes, enfermedades de transmisión sexual, entre otras.
Los bajos niveles de testosterona pueden causar síntomas que están directamente asociados con la función sexual y otros que no necesariamente, pero que influyen tremendamente en el buen funcionamiento físico y mental.
El síndrome de Koro es uno de los trastornos psiquiátricos que se caracteriza por el temor infundado de que sus genitales se están achicando y retrayendo hacia dentro de su propio cuerpo.
La insuficiencia testicular o hipogonadismo puede ser consecuencia de una lesión testicular que afecta la producción de espermatozoides. En consecuencia, el hombre que la padece no es fértil.
La eyaculación retrograda es una condición poco común en la que el hombre, durante la relación sexual, no expulsa el semen (tiene un orgasmo seco) y en consecuencia puede ver afectada su capacidad reproductiva.