Los juicios de Salem

Historia del acontecimiento sangriento conocido como "los juicios de Salem" en cuyas páginas se halla el origen de la expresión “cacería de brujas”.

juicios de Salem

Salem es un pueblo fundado por una cofradía de pescadores en 1623, situado en la bahía de Massachusetts. Es recordado mundialmente por los hechos abominables e inhumanos que ocurrieron en la villa entre febrero y octubre de 1692.

Los hechos que desencadenaron los trágicos acontecimientos por los que Salem pasó a la historia, ocurrieron cuando la hija del Pastor de la comunidad, Betty Parris y su prima Abigail, de 9 y 11 años respectivamente, comenzaron a presentar un extraño comportamiento luego de pasar cierto tiempo jugando con Tituba, la esclava antillana del Reverendo Parris, quien solía contarles relatos de horror y leerles la fortuna a través de claras de huevo, a pesar de que estos entretenimientos no estaban aprobados por la moral de la comunidad.

Las niñas entraron en una especie de trance que presentaba síntomas como convulsiones, incoherencia en el habla, llanto y comportamientos bestiales. Estos síntomas se expandieron a otras niñas de la localidad y generó toda una histeria colectiva en el pueblo.

Cuando las niñas fueron examinadas por el doctor, este no encontró ningún problema médico que causara los extraños comportamientos, por lo que atribuyó estos males a la influencia del demonio.

Enojado, el reverendo presionó a las mujeres para que confesaran quién era la bruja y estas, aterradas ante la idea de ser colgadas, acusaron a Tituba de ser la responsable.

En el mes de marzo, se improvisó un tribunal ante el que compareció la esclava, quien se hallaba presionada por las miradas acusadoras de la sala y por las preguntas de los jueces. Ante el temor de ser golpeada, Tituba confiesa una historia tenebrosa en la que narra sus encuentros con el diablo y acusa a otros vecinos de ser servidores de Satanás, entre los que estaban Sarah Osborne y Sarah Good.

Los magistrados Howthorne y Corwin ordenaron detener a los sospechosos entre los que estaban Tituba y las personas a las que acusó, a pesar de que algunas de ellas negaron categóricamente ser brujas.

Comienza la cacería

Lo que vino después fue una auténtica cacería de brujas. La histeria se desató en todo el pueblo y cualquiera, hasta una mujer respetable, podía ser acusada de brujería. Pero en estas acusaciones no hubo nada probado contundentemente que no fueran algunas añejas rencillas entre los acusados y acusadores, para muchos de estos últimos, fue la oportunidad perfecta para saladar cuentas por alguna vieja afrenta.

En abril de 1692 la locura se había apoderado de la aldea. Cualquier cosa extraña era aceptada como brujería y todo tipo de historias disparatadas son aceptadas como pruebas en los juicios. Se cometieron abusos como encerrar a una niña de cuatro años de edad, cobro de favores en las cárceles donde estaban las mujeres presas, confiscación de bienes a favor de la familia de los magistrados, etc.

El 27 de mayo el gobernador ordena que se cree un tribunal especial en el pueblo de Salem, el cual estaría conformado por hombres procedentes de todo el condado, los que, curiosamente, no tenían idea alguna de lo que era la ordenación jurídica, pues eran líderes y comerciantes de la colonia, mas no hombres versados en leyes.

El primer caso visto por el tribunal fue el de Bridgette Bishop, mujer de 50 años que al final del juicio fue declarada culpable y sentenciada a muerte el 2 de junio de 1692, siendo esta la primera sentencia de muerte dictada en los juicios de Salem. Bishop fue ejecutada el 10 de junio y tardó varios minutos en morir ahorcada por su propio peso. Uno de los jueces, indignado por la ejecución, abandonó el tribunal, pero ello no impidió que los juicios siguieran adelante.

El 19 de julio, cinco mujeres más son ejecutadas debido a que se negaron a confesar y acusar a otras mujeres, pero las que confiesan ser brujas y acusan a otras son perdonadas. En setiembre de 1692, nueve personas más mueren ahorcadas acusadas de practicar la brujería.

Un adinerado comerciante de Boston comienza a criticar abiertamente a los jueces, mientras que algunos de los acusados que salvaron sus vidas tras acusar a otras personas comienzan a tener remordimientos. Tal es el caso de Margaret Jacobs, bruja confesa que en una carta posterior a los jueces declara que sus acusaciones fueron falsas. Como ella, otros más confiesan arrepentidos sus falacias en los juicios. Entonces los jueces también comenzaron a juzgar a aquellos que acusan falsamente.

De esta forma, las acusaciones sin sentido cesan y a finales de octubre el gobernador disuelve el tribunal de Salem. Luego de tres meses, en enero de 1693, las 49 personas restantes acusadas de brujería son liberadas, entre ellas la esclava Tituba.

En 1697, uno de los jueces pide perdón público y en 1703 el tribunal de la colonia de Massachusetts rechaza gran parte de las pruebas presentadas durante los juicios de Salem. En 1711, la colonia comienza a realizar compensaciones económicas a las familias de aquellos que fueron acusados.

Luego de estos trágicos eventos, el sistema jurídico dejó de prestar atención a las acusaciones por brujería o cualquier otro asunto relativo a las creencias populares.